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Muchas profesiones requieren trabajar bajo presión, lo que de cara al trabajador se puede traducir en una situación positiva al provocar que se mantengan con energía y alerta. Sin embargo, cada vez es más frecuente encontrar casos de estrés descontrolado, que afectan seriamente a la salud de las personas.

Pero… ¿qué es el estrés laboral? Según el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, se denomina así al conjunto de reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas y del comportamiento del trabajador hacia determinados asuntos negativos del entorno o la organización del trabajo. Es un estado que se caracteriza por altos niveles de excitación y de angustia, con la frecuente sensación de no poder hacer frente a la situación.

Aunque el estrés no es una enfermedad, puede generar nerviosismo, ansiedad y algunas patologías –tanto físicas como psicológicas- que actúan como respuesta biológica a esta situación. Según indican los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), más de la mitad de la población española -exactamente, el 60%- sufre estrés en el trabajo.
Esta cifra ha ido en aumento durante los últimos años, convirtiéndose en una de las principales preocupaciones para la Organización Mundial de la Salud (OMS). Tanto es así, que el estrés laboral ya se ha convertido en la segunda causa de baja laboral en la Unión Europea. Cada año se registran alrededor de 40 millones de trabajadores afectados, con el coste en gastos sanitarios y la pérdida de productividad que esto supone.

¿Qué tipos de estrés existen?
Para una compañía, que entre su plantilla se den casos de estrés laboral puede suponer una alteración en el bienestar físico y psicológico de los trabajadores, además de un deterioro en el ambiente organizacional. Sin embargo, hay que diferenciar entre las situaciones de estrés moderado y cuando éste se convierte en desproporcionado. A continuación, analizamos las diferencias entre cada una de ellas:
  • Estrés positivo (eustrés): Se trata del nivel exacto para incentivar la realización de actividades. En algunos entornos profesionales es necesario cierto nivel de estrés para que los trabajadores puedan responder de forma satisfactoria a las necesidades de la empresa.
  • Estrés negativo (distrés): Se da cuando se alcanza un nivel de estrés inadecuado, tanto por exceso como por defecto. En los casos de exceso de estrés, pueden aparecer trastornos que afecten a los trabajadores. En el caso contrario, en el de tener muy bajos los niveles de estrés, los profesionales pueden sentirse desmotivados y desinteresados en su trabajo.
Posibles causas y consecuencias 
Tras cada episodio de estrés, siempre se encuentra un agente interno o externo perturbador (estresor) que provoca la respuesta al estrés del trabajador.
Estos pueden ser de diferentes tipos, aunque los más frecuentes responden a factores relacionados con el ambiente físico (mala iluminación, exceso de ruido o temperatura inadecuada); relativos al contenido de la tarea (demasiada carga mental o control sobre la tarea que se desempeña); o los relacionados directamente con la empresa (conflicto o dudas sobre el rol a desempeñar, largas jornadas de trabajo, ritmos frenéticos, plazos muy ajustados o ausencia de motivaciones como la promoción y desarrollo de carrera).
En cuanto a las consecuencias del estrés laboral, son muchas y muy variadas. Por una parte, pueden afectar a la integridad física o psicológica del empleado. Y por otra, a la empresa u organización para la que trabaje:
  • Consecuencias físicas: Es posible encontrar casos de trastornos gastrointestinales, cardiovasculares, respiratorios o musculares, entre otros. Además, el estrés puede generar cefaleas, insomnio, falta de apetito o artritis reumatoide.
  • Consecuencias psicológicas: Entre las que se encuentran la incapacidad a la hora de tomar decisiones, dificultad para mantener la atención o concentrarse, mal humor, trastorno del sueño, ansiedad, miedos, depresión, temblores o tartamudeo.
  • Consecuencias para la empresa: Ante casos de estrés, las empresas también pueden verse afectadas al tener problemas de planificación, generar mal ambiente de trabajo, descenso en la productividad de los trabajadores y, en consecuencia, posibles pérdidas en la producción.
Consejos para controlar el estrés en el trabajo
El Instituto Nacional de Seguridad y Salud Laboral de Estados Unidos (N.I.O.S.H.) recomienda, en este sentido, seguir una serie de pautas que pueden ayudar a prevenir el estrés en los lugares de trabajo:
  • 1. Horarios de trabajo flexibles: Evitar que la jornada laboral entre en conflicto con las responsabilidades externas al trabajo y que permita la conciliación de la vida laboral con la personal. Si en la empresa se trabaja con turnos rotatorios, éstos deberán ser estables y predecibles.
  • 2. Favorecer la participación: Permitir que los profesionales aporten sus propias ideas, sean escuchados y, en la medida de lo posible, se tengan en cuenta sus opiniones y sugerencias relacionadas con las acciones que afectan a las tareas que desempeñan.
  • 3. Equilibrar las exigencias: Se debe diseñar un plan de trabajo que sea compatible con las capacidades y los recursos de los que dispone cada empleado. También es importante ofrecer un tiempo de recuperación después de la realización de tareas especialmente exigentes o complicadas.
  • 4. Asignar tareas de forma lógica y funcional: Otorgar a cada empleado las funciones que mejor sepa desempeñar y que más se adecúen a su perfil profesional; además de delimitar el terreno de acción, definiendo claramente cuáles son los papeles y las responsabilidades de cada uno de ellos.
  • 5. Crear un entorno de trabajo cómodo y agradable: Ofrecer la oportunidad de entablar relaciones sociales y ayudar en asuntos vinculados con el trabajo.
  • 6. Apostar por el futuro: Huir de ambigüedades sobre el futuro de los trabajadores y, en general, en temas de estabilidad laboral. Por el contrario, resulta muy beneficioso fomentar el desarrollo de la carrera profesional dentro de la empresa.
Al contrario de lo que muchas personas piensan, los efectos y las consecuencias del estrés negativo en el entorno laboral afecta a los empleados tanto como a las empresas.
Debido a los altos índices de estrés que registran los trabajadores españoles en la actualidad, es importante concienciarse y tomar medidas para atajar el problema en la medida de lo posible.
Y tú, ¿cómo controlas el estrés en el trabajo?