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plan de desarrollo profesional

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Si queremos mirar a la luna y no al dedo que la señala, la actitud correcta es enfocar el objetivo a largo plazo. Para eso está el plan de desarrollo profesional, también conocido como plan de carrera. Un proceso de formación y capacitación continua en el que se inserta el trabajador en la cultura de la empresa y se le aporta un extra de motivación.

En este artículo, veremos ejemplos de planes de desarrollo profesional y las ventajas de contar con un plan de carrera dentro de la empresa.

En qué consiste un plan de desarrollo profesional

Un plan de carrera o de desarrollo profesional se apoya en una lista de objetivos que se trazan para un trabajador en un intervalo de tiempo concreto. En ese periodo, se establecen programas de formación a cargo de la empresa, encaminados a satisfacer los objetivos de la misma y en consonancia con su dirección estratégica.

El trabajador deja, por tanto, de ser una pieza sustituible para convertirse en un eje necesario del presente y futuro gracias a esta metodología laboral inclusiva, en el sentido más profundo del término. Por otra parte, el plan de desarrollo profesional capacita al trabajador con nuevas y mayores responsabilidades, atribuidas de manera gradual, con una dirección y un sentido claros, lo que beneficia a ambas partes.

Se trata, en otras palabras, de trazar una hoja de ruta empresarial para el trabajador que se adapta a los objetivos que tienes puestos la empresa tanto en el medio como en el largo plazo.

Importancia del desarrollo profesional

Los beneficios de estos planes de carrera afectan no solo al trabajador, sino también a la empresa, en aspectos como:

  • Mayor implicación. O retención del talento. Ya que un trabajador que se siente parte de un plan a medio o largo plazo tendrá más interés en seguir vinculado a la empresa, se sentirá más reconocido y, además, apreciará la formación y el crecimiento que le aporta formar parte de una empresa que ejecuta ese plan de carrera.
  • Mayor motivación. El plan de carrera aporta un sentido, un por qué, incluso un “para qué”. Las acciones se encaminan en una dirección, hacia unos objetivos y año a año se pueden analizar las consecuencias de haber implementado tales medidas, con resultados cuantificables y empíricos. Unas mediciones que confirman el acierto o error de las decisiones tomadas, de los esfuerzos realizados, lo que hace que el trabajo sea más estimulante y se evite caer en rutinas en las que resulta indiferente el desempeño, el compromiso, la creatividad
  • Acota las tareas. Los departamentos de recursos humanos agradecen el plan de carrera en cuanto que ofrece una mayor organización de las tareas y responsabilidades de cada miembro de la empresa, así como de las áreas implicadas en dicho proceso.
  • Mayor integración. Un buen plan de carrera implica a todas las áreas de una empresa. Su condición transversal favorece la simbiosis laboral entre los distintos miembros del equipo, así como una interacción más dinámica entre los diferentes departamentos, que ayuda a la cohesión de la plantilla y al team building.

Pasos para elaborar un plan de desarrollo profesional

El plan de carrera puede ser individual, ya que un profesional autónomo que no trabaja en exclusiva para ninguna empresa también puede diseñar un plan de desarrollo profesional a su medida, en arreglo al crecimiento que considere que puede obtener siguiendo dicho plan.

Pero en este caso hablamos de planes de carrera insertados en el marco de la empresa, definidos no tanto por el trabajador, sino por cuadros directivos o departamentos de RRHH, con una visión estratégica de las posibilidades de crecimiento y desarrollo del trabajador, así como su misión a largo plazo dentro de la misma.

¿Cómo realizar un plan de desarrollo profesional? Cada empresa tendrá su particular know-how, pero hay aspectos que conviene tener en cuenta. Como estos seis pasos para trazar un plan de carrera:

  1. Realiza una autoevaluación. Ayuda a conocer el grado de desarrollo de las distintas habilidades de los empleados, y así saber su nivel de capacitación y las skills que hay que trabajar más. También, los puntos fuertes con los que se cuenta para tenerlos en cuenta a la hora de asignar funciones y crear equipos.
  2. Definición de objetivos. Clave para saber hacia dónde se va, y qué se quiere conseguir. Todo ello acotado en el tiempo y con la asignación de capital humano correspondiente.
  3. Desarrollo de estrategias. Sabemos qué hacer, quién lo hará, pero ¿cómo se hará? Desarrollar las estrategias concretas es un aspecto clave del plan de carrera en el que nos jugamos el todo por el todo. Aquí entra en juego el talento, la experiencia y la capacidad de innovación de todo el equipo.
  4. Elaborar un presupuesto. O saber con qué recursos se cuentan. Plantear una ronda de financiación para la consecución de fines concretos.
  5. Trazar un cronograma. Un plan que no se ajusta a plazos se diluirá en el tiempo y acabará por naufragar. De ahí la importancia de un cronograma con sus correspondientes deadlines y asignación de tareas. Ayudarse de gestores de tareas es de gran utilidad.
  6. Seguimiento y análisis de resultados. Los planes de carrera se materializan con datos. De ahí que sea importante contar con medidores aplicados a todas las áreas en que dicho plan de desarrollo profesional se vaya a implementar. Esto ayudará a valorar la eficacia de las medidas tomadas y a modificar las estrategias y los recursos empleados. Porque el plan de carrera se diseña para lograr la integración plena del trabajador en el seno de la empresa, pero al mismo tiempo para la consecución de objetivos y la buena marcha de la empresa, en un contexto de elevada competencia de mercado.

Las empresas que apuestan por los planes de desarrollo no tardan en notar los resultados positivos. De entrada, se genera una mayor cohesión, unas mejores relaciones entre los distintos departamentos y se gana en cultura de empresa. Las empresas que lo implementan cuentan con trabajadores más motivados y, por tanto, llegan más lejos.