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Impulsar una alimentación equilibrada y un ejercicio físico regular beneficia al trabajador porque mejora su salud y su rendimiento y, consecuentemente, también a la empresa.

Diferentes estudios vinculan, por ejemplo, altos índices de masa corporal con costes importantes para las compañías en forma de baja productividad.
Según la Red Europea para la Promoción de la Salud en el Trabajo, por cada euro que se invierte en salud se obtienen entre 2,5 y 4,8 euros de beneficio, dado que se puede reducir el absentismo laboral hasta en un 36%.

En el sector de la alimentación, el cuidado de la salud forma parte del ADN empresarial y, sin embargo, a menudo es necesario redoblar esfuerzos para que estos valores sean aplicados por los propios trabajadores y su entorno familiar. Por ello, algunas compañías del sector abanderan desde hace tiempo iniciativas saludables destinadas no ya al consumidor, sino a su plantilla laboral.
De la prevención a la promoción
La salud en el trabajo ya no se limita a evitar accidentes y enfermedades laborales, sino que introduce con fuerza el concepto de la promoción, es decir, ayudar a los empleados a incorporar hábitos que mejorarán su calidad de vida.
Hoy, pensar en salud adquiere una dimensión que trasciende el ámbito personal para extenderse a la organización y la sociedad y, por ello, muchas empresas incorporan intervenciones de carácter conductual, destinadas a influir en el conocimiento, las actitudes y las habilidades de las personas trabajadoras:
  • En la alimentación, difundiendo información y facilitando opciones más sanas. Se puede introducir, por ejemplo, frutas gratuitas o a precios reducidos en los descansos, sustituir la bollería industrial de las máquinas expendedoras por productos más saludables, instalar fuentes de agua o venderla a bajo coste y ofrecer menús de empresa más variados y equilibrados.
  • Actuar contra el sedentarismo, favoreciendo la actividad física, es otra de las actuaciones clave. El mero hecho de instalar aparcamientos para bicicletas o proponer rutas saludables para llegar al trabajo caminando puede cambiar muchos hábitos, del mismo modo que facilitar el acceso a instalaciones deportivas y participar en competiciones propuestas desde la empresa.
  • La vigilancia de la salud ayuda a detectar de manera temprana factores de riesgo, como la obesidad, y prevenir la aparición de enfermedades crónicas. Difundir los síntomas permite detectarlas con mayor facilidad.
  • La higiene postural previene lesiones de espalda. Comunicar consejos en este sentido y contar con la ayuda de un fisioterapeuta resulta muy útil.
  • El estrés tiene una influencia directa en la salud y en las relaciones laborales. Debemos conocer qué lo genera, saber detectar sus síntomas y actuar inmediatamente.
  • Existen muchas otras acciones para fomentar la salud desde la empresa, como premiar el No al Tabaco, gratificando el esfuerzo de ‘dejar de fumar’; difundir información sobre las adicciones; promover la seguridad vial y favorecer la conciliación laboral y personal.
Compromiso real
En definitiva, se trata de integrar la salud en la cultura empresarial, generando un impacto positivo real en la sociedad, “enganchando” a los trabajadores y logrando su implicación.
Es el caso de Nestlé España, que ha convertido a sus propios empleados en embajadores nutricionales de la marca, partiendo de la base de que cuantas más personas sean expertas en nutrición, más fácil será difundir hábitos de alimentación saludable entre la población.
La herramienta se llama Programa NQ y ofrece formación a todos los empleados con el objetivo de mejorar su calidad de vida a través de los alimentos, transmitir a su entorno más próximo hábitos saludables y contribuir al progreso de la compañía.
Muchas otras compañías del sector están implantando iniciativas en esta línea. Tras desarrollar durante años diferentes iniciativas destinadas a prevenir el riesgo cardiovascular y el cáncer, Campofrío va más allá y está implantando el plan Salud2, que quiere convertir los centros de trabajo en lugares de promoción de la salud entre los empleados y sus familias. Del mismo modo, Orangina Schweppes España ha transformado su sede central de Madrid en empresa saludable.
Adherida a la Estrategia NAOS (Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad) del Ministerio de Sanidad, esta empresa ofrece a sus empleados, de forma voluntaria, seguimientos del índice de masa corporal y planes personalizados coordinados por dietistas y endocrinos.
De la mano de las instituciones
Son varias las iniciativas que, partiendo de instituciones y entidades externas a las empresas, promueven la salud en el entorno laboral.
Algunas cuentan incluso con el impulso y el patrocinio de empresas alimentarias, que se suman a ellas no solamente en una dimensión social externa, sino también interna.
Por ejemplo, Nestlé y Danone se han adherido al Programa de Empresas Cardiosaludables (PECS) de la Fundación Española del Corazón.
El proyecto empieza con una evaluación del estado de la salud de los trabajadores por parte de un comité de expertos, que elabora un informe personalizado con recomendaciones y herramientas para mejorar, teniendo en cuenta factores de riesgo como la actividad física, la nutrición, el tabaquismo, el estrés y la gestión emocional.