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Javier Pérez Yela, director de RRHH de Kyocera Document Solutions

Kyocera Corporation es una red global líder en gestión e impresión de documentos que dispone de más de 230 filiales en todo el mundo cuyos orígenes se remontan a 1959. En nuestro país opera desde 1985 y cuenta con una sede central en Madrid y una oficina comercial en Barcelona.

¿Cómo reclutan a sus profesionales?
Tenemos convenios de cooperación con varios centros educativos, tanto de Formación Profesional como universidades y escuelas de negocio. De forma continua intentamos incorporar estudiantes en prácticas, especialmente para nuestros departamentos de Tecnología & Innovación y de Marketing.
El año pasado organizamos junto a Universia un concurso destinado a estudiantes de último año de carreras tecnológicas cuyos ganadores se incorporarán con una beca en las próximas semanas. Hace dos años también ganamos el concurso Jumping Talent.
Una vez incorporado ese talento, ¿cómo se fideliza?
Intentamos ofrecer un entorno de trabajo en el que el empleado pueda trabajar a gusto y pueda conciliar la vida profesional y personal a través de horario flexible, jornada intensiva en verano y ayudas de diferente tipo, como seguro médico, campamentos para hijos de empleados subvencionados, gimnasio, etc.
Por otra parte, siempre miramos primero hacia nuestra plantilla antes de hacer cualquier tipo de incorporación. En ocasiones debemos contratar a gente de fuera, pero la mayor parte de los directores y mandos intermedios hemos crecido profesionalmente dentro de la compañía.
¿Qué papel juega en todo ello la formación y el desarrollo de sus empleados?
En ese tema supongo que todos los departamentos de Recursos Humanos siempre tenemos la sensación de que nos gustaría hacer mucho más, pero teniendo en cuenta que no dejamos de ser una empresa con solo 122 empleados, cabe señalar que todos los años ponemos en marcha diversas acciones formativas (inglés, desarrollo de habilidades directivas, formación comercial, en atención al cliente, gestión de proyecto, etc.) y de desarrollo (encuestas de clima, proyectos de feedback 360, programas de detección de empleados de alto potencial, etc.)
A nivel internacional acabamos de lanzar un programa denominado International Recruiting Program, a través del que pretendemos que todas las vacantes que se generen en Europa sean compartidas entre los distintos países, promoviendo así la movilidad de nuestros empleados.
Son una “empresa familiarmente responsable”. ¿Qué diría que les aporta este esfuerzo por la conciliación?
En un contexto social en el que la mayor parte de las familias necesitan que ambos padres trabajen, se está convirtiendo en un factor no solo de retención y atracción, sino también, directamente de gestión.
Las políticas de conciliación nos obligan no solo a tener normativas internas más flexibles, sino a buscar modelos de gestión mucho más eficientes, en los que el tiempo que pasemos en el lugar de trabajo sea realmente útil. Esto obliga a un proceso de adaptación de los modelos de gestión, pero también de las actitudes y comportamientos de los empleados.
¿Qué destacaría de sus acciones de voluntariado y RSC?
Como en el caso de las acciones de desarrollo, siempre tenemos la sensación de que nos gustaría hacer más. Colaboramos con varias asociaciones como Pinardi, Fundación Trébol, Junior Achievement o Fundación Marazuela a distintos niveles.
 
Intentamos, asimismo, que sean iniciativas que surjan de los propios empleados y que se queden “en casa” para que no se conviertan en un tema de imagen corporativa, marketing, etc. Este año todavía no se ha decidido cuál será el proyecto en el que participaremos.
¿A qué retos derivados de la gestión de personas cree que deberá enfrentarse a corto plazo?
El mercado laboral antes o después se volverá a reactivar y tendremos que redoblar esfuerzos por retener a nuestros empleados más valiosos.
Por otra parte, debemos aprender a gestionar las expectativas de la gente en cuanto a la conciliación, ligando dichas expectativas con el hecho de ser cada vez más eficientes como organización. Esto implica disponer de procesos de trabajo bien definidos, indicadores relevantes de la actividad de cada empleado, tecnología que soporte esos procesos y empleados maduros. Es un cambio cultural muy importante y en ello estamos.