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Los diferentes adjetivos que definen el liderazgo de los directivos – natural, participativo, transformacional, inspirador, emocional, relacional, carismático, autocrático, burocrático…- demuestran que existen muchas formas de liderar una organización o un grupo de personas hacia un determinado objetivo.
Y es que, los ambientes de las oficinas y otros lugares de trabajo varían mucho, aunque se trate del mismo sector. Y esa diferencia, en gran parte, viene marcada por la figura del jefe, factor clave para determinar el clima laboral.
Para que las cosas funciones de forma eficiente y armónica, y una empresa sea exitosa, es imprescindible alcanzar un buena esfera de trabajo y fomentar una relación basada en el respeto entre jefe y su equipo.
Esta idea de aprender a convivir y entender la figura del directivo motivó a la especialista en Recursos Humanos, Heather R. Huhman, a realizar una clasificación de los distintos tipos de jefe, para saber cómo actuar con y para ellos.
Tras su análisis descubrió 15:
  • El adicto al trabajo. Este jefe no sabe compaginar su trabajo con su vida personal. Trabaja siempre.
  • El tradicional. Trabaja en la empresa desde hace años, y no le gustan los cambios ni las innovaciones.
  • El hambriento de poder. Este tipo de directivo se concentra más en su posición, que en el propio trabajo.
  • El gritón. Piensa que levantando la voz consigue mejores resultados y que le obedezcan.
  • El asustador. Un tipo de jefe que, además de gritar, intimida a sus empleados.
  • El microgerente. Es el perfeccionista: se involucra en todo lo que hacen los trabajadores.
  • El amigo. Este jefe intenta ser uno más, simpático en todo momento.
  • El pelele. Un jefe que no se impone y evita causar problemas.
  • El idiota. Alguien sin la capacidad ni la inteligencia necesaria para estar en esa posición.
  • El inexperto. Puede que tenga menos familiaridad con la empresa o la industria
  • El excéntrico. Un jefe con ideas peculiares sobre la forma de trabajar.
  • El ausente. No está nunca. Trabaja desde la casa y se va a reuniones.
  • El introvertido. Prefiere trabajar solo y llega a ser jefe por sus habilidades técnicas.
  • El ideal. El jefe perfecto: la persona justa, que escucha y motiva a los trabajadores.
Concluyó que el perfil de un jefe, por tanto no encaja en una única descripción y toda taxonomía que se haga de él es incompleta, pero saber ajustarse a ellos y aprender de su experiencia es fundamental para impulsar la carrera profesional de los trabajadores.
En numerosas ocasiones, son las empresas las que terminan adaptándose al estilo de trabajo de sus líderes, en vez de adaptar éstos sus dotes de mando a la cultura corporativa de la organización.
Este hecho les hace cobrar un alto grado de influencia dentro de las empresas ya que su papel repercute directamente sobre la productividad final.
Grandes ejemplos

Grandes ejemplos de liderazgo y éxito empresarial a lo largo de la historia, como Jeff Bezos (Amazon) o Fred Smmith (Fedex), coinciden en que tener visión o intuición por cambiar el mundo, innovar y ser perseverante, constante y paciente son las claves de éxito profesional.
"Las grandes ideas que revolucionan el mundo son poco frecuentes – y difíciles de lograr -. Pero esa es la diferencia entre el soñador y el hacedor."
Los directivos cambian
Hace poco se publicaba en Dir&Ge que la llegada de las nuevas tecnologías y el posicionamiento de industrias innovadoras habían aumentado el número de gerentes jóvenes en el panorama internacional.
La figura del Compliance Officer o director de cumplimiento normativo también es un cargo que cada vez gana más adeptos en las empresas debido a la creciente complejidad del entorno regulatorio.
Se trata de un nuevo perfil de directivo que se encarga de gestionar y supervisar todas las cuestiones relacionadas con el cumplimiento normativo en las empresas. Identifica riesgos, analiza cambios y determina medidas y formación específica.
Los líderes de hoy deben ser globales y dinámicos, hacer buen uso de las comunicaciones internas, conocer otras culturas que les permitan llegar a más personas, tener como objetivo la retención del talento, entre otras, potenciando las habilidades de sus colaboradores.
Empresas sin jefes, ¿realidad o utopía?

WL GORE, una empresa industrial de base tecnológica cuyo objetivo principal se basa en el descubrimiento y la innovación de productos, presume de no tener empleados sino asociados; no hay jefes, sino patrocinadores que ayudan a sacar adelante el trabajo.
Un estudio de las universidades de Lowa y Texas A&M, mostró que los trabajadores de las fábricas sin jefe tenían mejores resultados que los de las empresas con gestores, siempre que se llevaran bien entre ellos.
Por otro lado, hay estudios que afirman que la jerarquía puede incrementar el rendimiento.
Y tú qué crees que es más productivo, ¿empresas sin jefes o equipos bien dirigidos?