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La situación laboral de las personas con discapacidad

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Cuando hay problemas que afectan a la sociedad, existen colectivos que reciben con más fuerza estos impactos. En el caso de la pandemia, aunque ha sido un golpe duro para toda la población, el colectivo de las personas con discapacidad ha demostrado ser uno de los más heridos, teniendo en cuenta que nunca lo ha tenido demasiado fácil, de cara a una integración en el mercado laboral y también en la sociedad.

La Fundación Randstad, dedicada a conseguir la igualdad de oportunidades en el empleo a través de la integración laboral de personas en riesgo de exclusión social, divide en dos a este colectivo, dependiendo del tipo de discapacidad que posean: las personas con discapacidad física y las personas con discapacidad intelectual. En datos de empleo, según el estudio sobre “El mercado laboral del futuro y su afectación a las personas con discapacidad” realizado por Randstad y la UOC en 2021, las personas con discapacidad física que están trabajando actualmente son 672.060, pero en cuanto a las personas con discapacidad intelectual, esta cifra desciende hasta los 221.340 trabajadores.

La Fundación busca visibilizar a este colectivo y demostrar a las empresas la importancia de contar con ellos en su equipo. De hecho, una de las iniciativas fue permitir que los propios afectados hablaran de sus habilidades y de lo que podrían aportar a la empresa. De este modo, se convierten en los protagonistas y dan la oportunidad a las empresas que van a contratarlos de conocer el punto de vista de estas personas y que ellas mismas hablen de sus capacidades de cara al empleo.

Por ejemplo, las personas con discapacidad intelectual pueden ofrecer grandes habilidades en materia de comunicación y empatía, resolución de problemas y en el trabajo con datos. Por otro lado, en la faceta que más dificultad encuentran es en el pensamiento matemático y la habilidad de inteligencia emocional. Respecto al colectivo de personas con discapacidad física, la percepción es similar, añadiendo el pensamiento crítico a sus hándicaps.

El colectivo con los niveles de autopercepción de habilidades más bajos es el de las personas con discapacidad sensorial, que valoran más concretamente su fortaleza en la inteligencia emocional, la comunicación y la empatía y en la creatividad. En cambio, se les resiste el pensamiento matemático y la resolución de problemas.

Este estudio no es la única iniciativa lanzada desde la Fundación Randstad, siempre concienciada con el colectivo y que ha logrado que muchas de estas personas encuentren un puesto de trabajo que se adapte a sus necesidades y capacidades. De hecho, en el año 2015, junto con la Fundación Atresmedia, pusieron en marcha un proyecto de becas para impulsar el empleo entre personas con discapacidad y, en 2021, la oferta se fue ampliando hasta alcanzar las 35 becas. Las personas becadas disponen así de la oportunidad de aprender de la mano de profesionales del sector audiovisual y empresarial. El objetivo final de la alianza fue conseguir la integración de las personas con discapacidad en el sector audiovisual y abrir oportunidades de empleo especializadas para este colectivo. El programa pretende dotar a los alumnos de una formación continua y especifica y, sobre todo, adaptada al trabajo real de las actuales empresas de comunicación y otros sectores. Demuestran así que no existen sectores en los que estas personas no puedan trabajar o, por lo menos, no deban tener las mismas oportunidades que el resto de la sociedad.

La Fundación Randstad durante la pandemia

En su Memoria Anual 2020, la Fundación Randstad analizó la labor que lleva a cabo en materia de igualdad de oportunidades en el empleo, enfocándose sobre todo en el periodo de pandemia, en el que los colectivos en riesgo de exclusión se vieron expulsados de sus trabajos y con mayores dificultades para sobreponerse a los problemas. En concreto, la Fundación Randstad ayudó a más de 3.500 personas con discapacidad a mejorar su empleabilidad y su inclusión, facilitando hasta más de 2.000 contratos de trabajo. Según María Viver, directora general de la Fundación Randstad, “supimos desde el principio que teníamos que adaptarnos a las circunstancias e intensificar la apuesta por la innovación y por la tecnología”. De esta forma, transformaron su metodología de trabajo a una versión online y adaptaron sus programas, apoyando el empleo de estas personas en una situación tan compleja.

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