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Legaltech es un concepto anglosajón que combina los conceptos “legal” y “technology”, es decir, pretende incorporar los avances técnicos en el ámbito jurídico para proporcionar soluciones legales, lo que supone un nuevo avance de la transformación digital.

Históricamente, el sector legal no se ha caracterizado por aplicar demasiados avances en innovación porque su área de conocimiento estaba reservada casi en su totalidad a los profesionales que se dedicaban a ella ya que, tal y como dice Richard Susskind, uno de los grandes referentes mundiales de la innovación legal, en “The Future of the Professions: How Technology Will Transform the Work of Human Experts”: “Cuando la gente se enfrenta ante un problema, prefiere evitarlo y/o contenerlo antes que solucionarlo”.

Ahora, el acceso a la información desde cualquier dispositivo ha permitido desencallar la etapa inmovilista. Sin embargo, ¿de qué se ocupa el legaltech? Según las conclusiones del I Congreso Legaltech en España son software o servicios online que tienen tres objetivos principales:

– Reducir o eliminar la necesidad de acudir al sector jurídico en su modalidad más tradicional. 

– Acelerar los trámites y la gestión de tareas de los propios abogados, reduciendo el coste y el tiempo que un profesional debe invertir en muchas de sus tareas. 

– Simplificar y modificar la forma de contactar entre los profesionales del sector legal y potenciales clientes.

Situación del legaltech en España

Al igual que en el resto del mundo, el legaltech se ha convertido en una de las principales tendencias del sector TIC, por ejemplo, EE.UU. es el país que más iniciativas se identifican. Le siguen Canadá, Australia y el Reino Unido.

Según los datos del Observatorio Legaltech 2018 de la consultora Finnovating, “el 97% de los abogados considera que el ejercicio de la abogacía tendrá un futuro marcado por la adopción de las nuevas tecnologías, y que tan solo un 5% de los abogados ejercientes en España se considera un abogado digital”.

Además, el mismo estudio también indica las ocho verticales de negocio distintas que caracterizan el legaltech:

  1. Servicios legales online. Todo tipo de trámites administrativos para cualquier incidencia (reclamaciones, propiedad intelectual…).
  2. Marketplaces. Plataformas que sirven para poner en contacto a diferentes profesionales del ámbito legal con potenciales clientes o proyectos.
  3. Evidencias digitales. Tal y como define el estudio: “Una evidencia digital es una certificación con valor probatorio de un documento de cualquier naturaleza. En concreto, se certifican contratos, mails, fotografías o pólizas. Entre sus diversas aplicaciones, se encuentra la firma electrónica, que otorga plena validez jurídica a la firma remota de documentos”.
  4. Software de gestión para despachos. Dichos programas ayudan en gestión y tramitación de documentos.
  5. Generación automática de documentos legales y contratos.
  6. Resolución de consultas legales online.
  7. Research&Analytics. Permite la búsqueda y categorización de los documentos internos y utilizar el machine learning.
  8. Crowdfunding judicial. Una plataforma para financiar litigios.

Beneficios del Legaltech

Existe el planteamiento de que la automatización puede eliminar los roles tradicionalistas tan marcados que se han ido produciendo en el sector jurídico. Sin embargo, los beneficios que se obtienen son mucho mayores:

– La automatización de las tareas rutinarias perite dedicar tiempo a asuntos más importantes, lo que conlleva un valor añadido.

– Las herramientas de legaltech ayudan a ser más competitivo puesto que permiten ahorrar tiempo y costes con el objetivo de optimizar resultados.

– Tener al alcance todo tipo de datos gracias a la tecnología permite realizar un análisis estratégico que permite forjar la estrategia de los litigios.

– Firmar documentos de forma remota o dar respuesta determinadas consultas de manera casi inmediata favorece la flexibilidad y la rapidez en la resolución de trámites.

– Disponer de tiempo y herramientas que ayudan a optimizar tiempo y tareas dan como resultado una mejora en la gestión y en las relaciones con los clientes.

En definitiva, la última tecnología se abre camino en el sector legal, generando importantes cambios y oportunidades que afectarán tanto al talento senior como al junior, algo que sin duda propiciará ocasiones para desempeñar acciones de mentoring. Dependerá de cada despacho adaptarse ágilmente a la revolución.