contenidos más leídos

empleados exigen empresas responsables | news especialidades julio 2017 | aeropuertos

Aparte de interesar a clientes, administraciones y stakeholders, la Responsabilidad Social Corporativa adquiere una relevancia importante en el ámbito interno de las compañías del sector aeroportuario. Los empleados se constituyen en un grupo de interés en un sector donde la cohesión interna, el orgullo de pertenencia y el compromiso adquieren una dimensión vital.

La RSC tiene una dimensión interna que contempla la empresa desde el interés social y que tiene que ver con aspectos clave de la gestión de los recursos humanos, la seguridad laboral, la formación y el desarrollo de los trabajadores. Un modelo centrado en las personas, políticas de conciliación de la vida laboral y familiar y beneficios sociales son solo algunas de las vertientes de la responsabilidad corporativa que pueden interesar a los empleados. Pero hoy, las compañías del sector están haciendo esfuerzos suplementarios en demostrarles su compromiso con la sociedad más allá de los beneficios laborales. De este modo, aspectos como la gestión de la calidad, el desempeño ambiental, el compromiso social, el voluntariado, los beneficios para la sociedad o la conducta ética pueden aumentar la afección y el compromiso de los empleados en un sector donde ello resulta complejo. Y es que la diversidad a todos los niveles, desde la multiculturalidad a la convivencia de titulaciones y niveles salariales muy dispares, caracterizan una industria donde impera la necesidad de crear sentimientos de compromiso, fidelidad y orgullo de pertenencia.

 

Los RRHH desde la RSC
Los departamentos de recursos humanos tienen mucho que decir en materia de responsabilidad social corporativa. La inversión en programas de formación permanente, el equilibrio entre vida laboral y personal, la igualdad de oportunidades, la integración de personas discapacitadas, las acciones preventivas en materia de seguridad en el trabajo, asegurar la motivación y la implicación del equipo humano, fomentar y sistematizar canales de diálogo… son algunas de las medidas que contribuyen a vincular emocionalmente a los trabajadores. Pero, además, algunas empresas del sector incluyen fondos solidarios para atender necesidades sociales tales como ayudas a estudios, asistencia a hijos minusválidos y enfermos crónicos, préstamos sociales o gastos por enfermedad.

El voluntariado social también toma cada vez mayor peso, con diferentes iniciativas a favor de organizaciones sin ánimo de lucro en las que se implican tanto las empresas como sus trabajadores. Puede tratarse de proyectos en beneficio de la comunidad relacionados con la salud, la educación o el deporte, donaciones a fundaciones o colaboración con gobiernos e instituciones. Algunas compañías optan por crear su propia fundación y es habitual colaborar en el traslado de personas que requieran tratamientos médicos, trasplantes de órganos o material quirúrgico que necesiten un rápido desplazamiento. Compañías como Iberia o Air Europa han firmado acuerdos que garantizan la gratuidad de estos servicios. Otra iniciativa muy extendida entre las aerolíneas son las actividades de voluntariado de carácter temporal, desde la reforestación de un bosque al fomento del reciclaje.

 

Los empleados piden sostenibilidad
El sector aeroportuario está sometido a una exigente demanda de transparencia en materia de sostenibilidad por parte de autoridades, inversores, pasajeros y también empleados, que piden a las compañías un impulso de la ecoeficiencia en sus procesos productivos y servicios. Por ello, el diseño de la futura generación de aeronaves habrá de ser más respetuoso con el medio ambiente. El proyecto europeo Clean Sky camina en este sentido: es una de las iniciativas más importantes jamás realizadas en Europa en cuanto a fondos invertidos se refiere, con un presupuesto de 1.600 millones de euros, y tiene como misión acelerar desarrollos tecnológicos de vanguardia y acortar su tiempo de comercialización. Este proyecto pretende mejorar el retorno a la sociedad, tanto en términos de accesibilidad al transporte aéreo como de impacto en el medio ambiente.

Entre los objetivos para el año 2020 se cuentan reducir a la mitad el ruido percibido que generan las aeronaves; recortar las emisiones de CO2 en un 30%, las de óxido de nitrógeno en un 80% y el consumo de combustible en un 30%; y abaratar los costes de adquisición de las aeronaves en un 50%. La renovación de las flotas, con la incorporación de aviones más amigables con el medio ambiente que incluyen las llamadas sharklets y winglets, es una estrategia creciente, como también lo es la investigación para sustituir los combustibles fósiles por biocombustibles.

Pero también existe una dimensión ecológica interna, que implica plenamente a los empleados, responsables de conocer y cumplir la normativa ambiental aplicable, gestionar los consumos o reducir las emisiones y residuos. Implicar a toda la organización en el respeto del entorno, si se transmite correctamente, puede suponer un valor para el empleado. Es una muestra más de cómo la RSC puede contribuir, internamente, a cohesionar las plantillas.