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Las estadísticas indican que el estrés afecta el 28% de los trabajadores europeos, convirtiéndose en el segundo problema de salud laboral después de los dolores de espalda, según datos de la Agencia Europea para la Seguridad y Salud Laboral. Además, el estrés es un fenómeno creciente que preocupa al ámbito empresarial por sus consecuencias: absentismo, menor dedicación al trabajo y reducción en la productividad. Ante esta radiografía propia del siglo XXI, un concepto está en auge: el Mindfulness o “atención plena”, pero ¿en qué consiste?
“Prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar”. De esta forma es como define el Mindfulness Jon Kabat-Zinn, conocido como referente mundial por haber introducido la práctica del Mindfulness dentro del modelo médico de Occidente hace más de 30 años.
Según afirma Kabat-Zinn en su libro “Vivir con plenitud las crisis”, este tipo de atención “nos permite aprender a relacionarnos de forma directa con aquello que está ocurriendo en nuestra vida, aquí y ahora, en el momento presente. Es una forma de tomar conciencia de nuestra realidad, dándonos la oportunidad de trabajar conscientemente con nuestro estrés, dolor, enfermedad, pérdida o con los desafíos de nuestra vida.
En contraposición, una vida en la que no ponemos atención, en la que nos encontramos más preocupados por lo que ocurrió o por lo que aún no ha ocurrido, nos conduce al descuido, el olvido y al aislamiento, reaccionando de manera automática y desadaptativa”.
Precisamente en este parar para conectar con uno mismo es donde encontramos la esencia del Mindfulness. “Una habilidad que consiste en estar presentes con el cuerpo, mente y corazón. Se trata de vivir la experiencia del momento presente con una atención plena, totalizadora, integradora y desprovista de juicios, expectativas, comparaciones, rechazos o apegos”, afirma Alejandra Sánchez Yagüe, instructora acreditada del programa MBSR de reducción del estrés basado en Mindfulness por la Universidad de Massachusetts.
“Está demostrado que llevar la mente al pasado y al futuro produce ansiedad, frustración o estrés. Llevarla al aquí y ahora produce estados de aceptación y ausencia de juicios, lo que conlleva sensaciones de bienestar mental. Llevar nuestra mente al presente nos convierte en líderes más seguros y eficaces, pues ahorramos enormes cantidades de energía en rumiar sobre pensamientos catastrofistas o anastrofistas sobre el futuro o sobre sentimientos de arrepentimiento por nuestras equivocaciones del pasado”, comenta Sánchez Yagüe.
La práctica del Mindfulness

El Mindfulness es una recopilación de técnicas milenarias orientales como la meditación zen, el yoga y el escáner corporal, que han sido estudiadas y validadas de forma científica por diversos estudios de investigación y numerosas universidades de todo el mundo.
La práctica del Mindfulness consiste en cuatro formas de meditación formal: sentada, tumbados, de pie y en movimiento o caminando; y diversas formas de meditación informal, como puede ser darse una ducha de forma consciente, escribir un correo electrónico en conciencia plena o comer en conciencia plena… Es decir, podemos meditar en cualquier momento del día y en cualquier actividad.
“Con el Mindfulness se entrena una mirada distinta ante el mundo y lo que nos sucede. Baja nuestra reactividad y desarrollamos nuevas conexiones neuronales que nos permiten responder ante estímulos de manera distinta a como siempre lo hemos hecho y de una forma adaptativa al entorno. Nos volvemos más flexibles y menos rígidos, y aprendemos a soltar expectativas que nos causan insatisfacción o malestar”, comenta Alejandra Sánchez Yagüe.
Esta práctica es exigente y requiere un compromiso y una disciplina similar a la del ejercicio físico. “Un líder tiene incorporado que tiene que cuidar su cuerpo porque de su cuerpo depende su salud y de su salud depende su capacidad de funcionar. Lo que todavía no hemos incorporado es que la salud de la mente empieza a ser más importante que la salud del cuerpo. De hecho la depresión va a ser la primera causa de baja laboral en el mundo desarrollado y los líderes y la sociedad en su conjunto tenemos que tomar consciencia que la salud de la mente también hay que cuidarla. Y ese cuidar la salud de la mente requiere una dedicación de unos 15 o 20 minutos al día”, afirma el facilitador de cursos de Mindfulness para resiliencia y liderazgo, Martín Asuero.
El Mindfulness como herramienta para el liderazgo

En los últimos años, muchos altos directivos de grandes empresas han declarado abiertamente que practican técnicas de Mindfulness y meditación para ganar visión global y perspectiva, y tomar mejores decisiones.
Cada vez son más las grandes compañías en todo el mundo que están implementando con éxito programas de Mindfulness entre sus directivos y trabajadores. Más de 4.000 empleados de Google han pasado por el programa de Mindfulness “Searchinsideyourself”, mientras que en General Mills la meditación y el Mindfulness están revolucionando la compañía, gracias al programa de desarrollo “Mindfulleadership”.
El facilitador de cursos de Mindfulness para resiliencia y liderazgo y autor del libro “PlenaMente”, Martín Asuero, explica que existen tres ámbitos en los que el Mindfulness ayuda al liderazgo.
En primer lugar “ayuda a crear serenidad, reducir el estrés, generar resiliencia y facilita la capacidad de estar y de funcionar en situaciones de presión”.
El segundo ámbito donde existen evidencias de la eficacia del Mindfulness está relacionado con algunos procesos mentales necesarios para el liderazgo como, por ejemplo, la capacidad de prestar atención, de escuchar y de tomar decisiones.
Y finalmente tendríamos otro ámbito muy interesante que tiene que ver con la empatía y con desarrollar confianza y relaciones de colaboración. “Con la práctica del Mindfulness se dan dos procesos: por un lado, baja la agresividad de las personas, lo que facilita la confianza y el acercamiento y, por otro lado, aumentan las cualidades de la mente como la empatía y la compasión”, explica Asuero, quien durante 17 años ha desarrollado su carrera profesional en empresas internacionales desempeñando distintos cargos directivos.
“Muchas investigaciones de reputadas universidades como el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) demuestran que después de un programa de ocho semanas de entrenamiento en Mindfulness las regiones del cerebro que regulan habilidades como la empatía, la capacidad de escucha e, incluso, otras más cognitivas como la toma de decisiones, funcionan con distintos patrones de electricidad.
Además, se ha demostrado que mejoran las relaciones con compañeros, así como la percepción subjetiva del estrés y de la tensión”, explica el economista, coach y Mindfulness trainer, José Juan Aguado. “Mejoran mucho todos los procesos de comunicación porque la persona tiene mucha más capacidad de prestar atención a los detalles.
El Mindfulness permite mejorar una habilidad tan potente como es la comunicación interpersonal entre directivos o entre compañeros de trabajo, tomar decisiones de forma racional, gestionar los conflictos y, por tanto, tiene una consecuencia directa sobre la dimensión interpersonal y relacional de los directivos”, añade Aguado.
El liderazgo de acuerdo a los valores

Medir el éxito en términos económicos es una falacia. Esta es la premisa que defiende el profesor de Harvard y alto directivo Bill George. En un artículo titulado “El Mindfulness te ayuda a ser mejor líder”, publicado en Bussines Harvard Review, George reflexiona sobre cómo la crisis financiera ha demostrado hasta qué punto los parámetros de medición del éxito están obsoletos y por ello un buen número de directivos se han planteado ya ejercer un liderazgo de acuerdo con sus valores personales.
En este sentido, George explica que en Harvard Business School ya se está detectando un cambio de paradigma. La escuela de negocios reta a los alumnos a pensar sobre qué significa para ellos el éxito y sobre qué es importante en sus vidas, y se les invita a basar su carrera profesional en sus creencias, valores y principios.
“Evidentemente, no es fácil, con todas las presiones del mundo de los negocios, encontrar un equilibrio entre las exigencias del entorno y el logro de los objetivos personales, especialmente a medida que se van asumiendo mayores responsabilidades de liderazgo. Pero cuando eres consciente, estás atento a tu presencia, al impacto en las otras personas y eres capaz de observar y participar en cada momento, reconociendo las implicaciones de tus acciones, esto te impide caer en una vida que te aleja de tus valores”, afirma George.
“Para buscar este equilibrio, necesitamos ser capaces de relajar la mente y, en este sentido, la práctica del Mindfulness nos enseña a prestar atención al momento presente, a reconocer nuestros sentimientos y emociones, y a gestionarlos, especialmente cuando nos enfrentamos a situaciones altamente estresantes”.​​​