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personas proactivas

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A menudo hemos escuchado la expresión de ganarse el pan, pero ¿qué grado de compromiso se requiere para ser un justo merecedor de los honorarios de un servicio, ya sea puntual o continuado en el tiempo (la nómina de un trabajador con contrato indefinido)?

Todos conocemos a aquellos que se conforman con calentar silla y cumplir con sus objetivos pero de una manera correcta, con un aprobado justito, y a otros compañeros que en cambio aportan un importante valor añadido: la iniciativa.

¿Qué significa ser una persona proactiva?

Una persona con iniciativa, un trabajador proactivo, se caracteriza por ser inconformista, es decir, a menudo propondrá ideas para mejorar los procesos de trabajo y el resultado final de cada proyecto que redundará en la buena marcha de la empresa. Son personas con decisión, con capacidades para el liderazgo basado en soft skills, y su talento suele responder a una serie de rasgos comunes.

Se caracterizan por tomar las decisiones sin vacilar y sin miedo a asumir la responsabilidad que esa decisión pueda generar. Su perfil se caracteriza por abrazar ese tipo de retos sin que medie una motivación externa o una recompensa concreta posterior. Se llama iniciativa personal.

Podríamos decir, coloquialmente, que son más lanzados que la mayoría, aunque de una manera sensata y mesurada. ¿Por qué? Por el sentido crítico con el que actúan, lo que les permite proponer diferentes acciones y proyectos de manera seductora y con buenas dosis de creatividad.

¿Cómo reconocer personas con iniciativa?

Conocer cómo son las personas con iniciativa es algo que cada vez interesa más a los responsables de recursos humanos de las empresas, pues contar con estos perfiles redunda favorablemente no solo en el curso de la empresa, sino también en el clima laboral y la motivación de la plantilla.

Reconocer personas con iniciativa es por tanto un factor importante para una futura incorporación y para ello se valoran competencias como el don de gentes, el carisma, el talante positivo o la manera de encarar problemas. Mientras que los trabajadores con falta de iniciativa tienden a ver la botella media vacía cuando se presenta una situación complicada, las personas proactivas se crecen ante las adversidades y muestran en esas circunstancias su mejor versión.

Beneficios de ser una persona proactiva

En el plano individual, también la persona con iniciativa se encontrará con aspectos positivos del hecho de desplegar esa actitud. Son muchas las ventajas, como gozar, con el tiempo, del respeto de tus compañeros y superiores, ganar en seguridad y afianzarse dentro de la empresa.

Como en un círculo virtuoso, la persona generosa con su implicación en la empresa se expone más y por tanto acaba perfeccionando su rol dentro de la misma; crece el porcentaje de acierto, se agilizan los procesos y se gana en fortaleza.

Además, la persona proactiva que lidera un equipo de personas logrará más autoridad si previamente se ha mostrado como alguien con un carácter abierto al cambio, a los desafíos, a la incertidumbre. Ya en la mera actitud adoptada se encuentra buena parte de la diferencia que conduce al éxito o al fracaso.

Con el tiempo, esa actitud se verá recompensada incluso con reconocimiento dentro de la empresa o procedente del exterior. Es decir, premios y galardones que sin duda constituirán un acicate para promocionar la marca personal y ascender en tu empresa.

¿Qué características tienen las personas proactivas?

Como hemos visto hasta ahora, son personas que quieren llegar más lejos y arrastran con esa energía positiva al resto del equipo. Pero analicemos con más detalle 5 rasgos que definen a las personas proactivas.

  1. Son capaces de tomar decisiones por sí mismos. No esperan a que “les manden” y antes de esperar una orden son capaces de configurar ellos mismos el camino a seguir y las pautas a tomar, sin que ello resulte excluyente con las directrices por parte de sus superiores. Al contrario, estos patrones y sus aportaciones se retroalimentan y ayudan a tomar mejores decisiones.
  2. Su talante es positivo y estimulante. Se podría hablar de “personas con carisma” que generan adhesiones pues su compañía no solo es grata sino que motiva. Con ello son capaces de crear equipos sólidos, cohesionados e identificados con los proyectos y la empresa que los lleva adelante.
  3. Piensan en el largo plazo. A diferencia de otros perfiles más ‘hormiguita’, el trabajador proactivo tiene una visión de futuro que va más allá de los meros objetivos del día a día. De ahí que tenga una capacidad de anticiparse a los problemas que es fundamental en contextos de dura competencia como son los habituales en el mercado libre.
  4. Convierten los retos en oportunidades. Las personas con iniciativa no tienen miedo a mostrarse creativo ni a abrazar esa creatividad que puede implicar riesgos, rotura de rutinas e, incluso a priori, un trabajo extra. Forma parte de una actitud que convierte las dificultades en oportunidades de oro para poner a prueba sus destrezas. Sin temor a equivocarse, porque saben que el error forma parte del camino hacia el acierto.
  5. Fomentan el trabajo en equipo. Las personas con iniciativa saben gestionar los grupos humanos y también encuentran estimulante la potencialidad creativa y productiva del talento humano cuando actúa de manera coordinada.

Cómo tener iniciativa en el trabajo

La proactividad se demuestra en el día a día, no solo en el momento de las reuniones extraordinarias, de las situaciones de crisis o ante la cercanía alarmante de un deadline. Tener iniciativa forma parte de una actitud que se puede manifestar, por ejemplo, adelantándose a los acontecimientos por venir y diseñando estrategias concretas para acometerlas.

Otra manera de demostrar iniciativa es la de no esperar las órdenes o directrices concretas de un superior y ser capaces de detectar las áreas de acción que están en mano del trabajador para ejecutarlas cuanto antes. Todo ello en constante comunicación con los cuadros superiores y sin tomar decisiones de gran calado sin informar a los respectivos departamentos o personas responsables del área correspondiente.

Ejemplos de proactividad en el trabajo

El día a día de una empresa ofrece un sinfín de ocasiones para poner en práctica esa actitud proactiva. Proponer ideas, buscar soluciones a problemas que ni siquiera han surgido, crear planes de contención ante posibles crisis, asumir que las épocas de bonanza no tienen por qué durar siempre y buscar nuevos mercados, nuevos potenciales clientes o nuevos desarrollos de producto son ejemplos de perfiles con iniciativa en el trabajo.

Personas proactivas vs. personas reactivas

En ocasiones, hay perfiles psicológicos que son como la noche y el día, el anverso y reverso de una personalidad. Es lo que sucede entre las personas con perfil proactivo y las que muestran rasgos reactivos. Las primeras son partidarias de actuar, toman la sartén por el mango y trazan hojas de rutas, mientras que las segundas, las reactivas, esperan a que las cosas sucedan, con los problemas que ello puede generar.

La gestión emocional también es otra diferencia entre proactivos y reactivos. Los del primer grupo se enfrentan a sus emociones, mientras que los del segundo son víctimas de su fuerza y normalmente se dejan llevar por ellas.

Por último, las personas con iniciativa se hacen responsables de sus aciertos, pero sin escurrir el bulto. Por contra, las personas reactivas suelen recurrir a excusas para explicar los problemas surgidos, culpando a las circunstancias, al entorno, sin hacer autocrítica y ni reconocer su implicación.

Y tú, ¿cómo eres de proactivo?