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Agilidad empresarial

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La mayor complejidad del mundo empresarial está obligando a las empresas a renovar sus formas de organización si quieren adquirir una gran competitividad. Comienzan a destacar aquellas compañías que mejor se adaptan a los continuos cambios y que aprovechan a la perfección las oportunidades del mercado. Por ello, hoy en día, se necesitan empresas rápidas y ágiles. Así surge lo que se conoce como “agilidad organizacional”: una garantía de éxito para las empresas.

¿Qué es la agilidad empresarial?

En un mercado cada vez más dinámico, las compañías sin capacidad de reacción y adaptación a las novedades no tienen cabida. Es indispensable alejarse de las estrategias estáticas y tradicionales si se quiere mejorar la competitividad en los contextos de cambios. Para conseguirlo es esencial la agilidad organizacional de una empresa.

Este concepto hace referencia a la capacidad que tiene una compañía de reconocer las oportunidades que aparecen en el mercado de forma rápida, con el principal objetivo de adelantarse a las empresas de la competencia. De esta manera, las organizaciones ágiles conseguirán mejorar su efectividad y productividad en todo tipo de situaciones.

La agilidad organizacional de una compañía tiene una influencia notable en la consecución de sus objetivos estratégicos y en la obtención de mejores resultados. ¿Por qué? La respuesta es clara: una empresa ágil tiene la capacidad de dar respuesta a cualquier tipo de demanda y en distintos contextos.

La organización debe crear un clima de participación en el equipo de trabajo para generar una cultura de agilidad en todos los niveles de la empresa. Todos los empleados deben conocer perfectamente de qué se tienen que encargar, qué metas tiene la compañía y ser conscientes de que son una parte fundamental de los proyectos de la empresa. Desde la organización se dotará a los profesionales de una alta autonomía en el trabajo, con un elevado grado de responsabilidad en sus respectivos roles, para que puedan aportar valor a los procesos y así acercarse al éxito empresarial.

Tipos de agilidad empresarial 

La capacidad de respuesta marca la diferencia en el mundo empresarial. Para hacer frente a los retos que presenta el mercado, las organizaciones tienen que estar preparadas para ser dinámicas y ágiles estratégicamente. ¿Cómo conseguirlo? Para alcanzar este dinamismo empresarial, Donald Sull, profesor de la London Business School y uno de los pioneros en el análisis de este concepto, considera que las empresas necesitan tres tipos de agilidad: estratégica, de portfolio y operativa. ¡Conócelas!

  1. Agilidad estratégica: se conoce como la habilidad de detectar y cuantificar las oportunidades más destacadas que se dan en el mercado y que pueden suponer un notable cambio en el mundo empresarial. Se define por su flexibilidad, su innovación y su rapidez. Para llevar a cabo este tipo de estrategia es esencial que las organizaciones optimicen sus recursos para tener plenamente controlado el entorno y así poder descubrir las distintas oportunidades que aparecen continuamente. Éstas pueden clasificarse en pequeñas, medianas y grandes. Las primeras se presentan de manera más habitual y permiten mejorar a las compañías; mientras que las grandes oportunidades aparecen de manera poco frecuente y las empresas capaces de detectarlas alcanzan un impulso competitivo.
  2. Agilidad de portfolio: es la capacidad de gestionar los recursos (capital y talento) de la empresa de manera rápida y eficaz desde todas las áreas del negocio. Se trata de dar la mayor velocidad posible al proceso de detección de oportunidades que comienza en los propios empleados y acaba con la aprobación por parte de los directivos. La organización necesita no tener que reaccionar ante un problema, sino tener la habilidad de anticiparse y adaptarse para lograr resultados óptimos.
  3. Agilidad operativa: es una habilidad vinculada a la toma de decisiones. Es decir, se trata de aprovechar a la perfección todas las oportunidades que la compañía ha detectado, con el objetivo de hacerlo de manera más rápida y efectiva que las empresas de la competencia. Por ello, es esencial que las decisiones sean tomadas por las personas adecuadas, con la información apropiada y con las herramientas correctas.

Cómo implantar Agile en tu empresa

Apostar por la implantación de Agile entraña un salto cultural. Se trata de un giro en el concepto tradicional de la organización del trabajo y para lograrlo con éxito hay que tener en cuenta algunas claves:

  • Lograr el apoyo de la dirección: una implantación exitosa de los principios y valores ágiles requiere en primera instancia el apoyo desde los sectores directivos de la compañía, que deben asumir la necesidad de un cambio cultural de su estrategia en el que la filosofía Agile se inscribe a la perfección. La confianza por parte de la alta dirección es necesaria para fomentar el entorno adecuado. Solo así la innovación será bienvenida y el cambio supondrá una verdadera transformación desde las propias raíces de la organización.
  • Elegir los proyectos más idóneos para su implantación: Agile puede adaptarse a cualquier proyecto o servicio, pero resulta especialmente beneficioso en proyectos experimentales, impredecibles y de compleja definición o especificación por su carácter cambiante.
  • Invertir en talento: queda patente que en el potencial del equipo reside el éxito de la filosofía Agile, por lo que es necesario contar con el mejor talento. Existen profesionales específicamente formados en los diversos roles Agile que son el perfil idóneo para guiar este tipo de equipos.
  • Seguir algún framework contrastado: a partir de los principios Agile, se desarrollaron diversos métodos o herramientas con eficacia contrastada. Entre ellos, el más conocido es Scrum, un framework de trabajo que facilita que los valores y principios calen en la forma de trabajar de las personas. La entrega de valor se hace en periodos de tiempo con plazos de dos a tres semanas, llamados sprints. Cada sprint debe contar con una planificación (Sprint Planning), un seguimiento diario (Daily Scrums), una revisión final (Sprint Review) y una retrospectiva que permita analizar el trabajo desarrollado e implementar un plan de mejoras.
  • Mantener el proceso bajo control: pese al carácter improvisador del que parece hacer gala Agile, lo cierto es que requiere un cierto orden. No se trata de establecer un marco rígido de actuación, sino de estimar los esfuerzos que requerirá cada sprint, para establecer objetivos realistas y optimizar el reparto de los recursos.

¿Cómo mejorar la agilidad organizacional?

La constante evolución del mercado está suponiendo un problema para aquellas compañías que tienen modelos de dirección tradicionales, ya que siguen considerando que los cambios que se dan en el mundo empresarial son factores externos y no aspectos vinculados con la propia naturaleza de la organización.

Informarse de las tendencias, conocer la evolución del mercado, ser consciente de cómo está la propia empresa y tener bien definidos los objetivos de la compañía son aspectos fundamentales para mejorar la agilidad organizacional. Este novedoso enfoque lleva a las empresas a adquirir la capacidad de prevenir todos los acontecimientos y poseer la flexibilidad necesaria para crecer en el mercado.

Ahora bien, muchas compañías se hacen la misma pregunta de manera muy frecuente: ¿cómo conseguirlo? Para mejorar la agilidad organizacional de tu empresa debes poner en práctica diferentes estrategias. ¡Descubre cuáles son las claves!

  • Consigue valor diferencial con tus decisiones: es imprescindible que el grupo de trabajo priorice qué decisiones son las más importantes. Es esencial conocer en qué hay que emplear el tiempo para ser productivos y alcanzar los objetivos. ¡Centra todo tu talento en tomar buenas decisiones!
  • Define claramente los roles de tus trabajadores: cada miembro del equipo de trabajo debe conocer sus labores y responsabilidades. Un claro reparto de tareas permite tomar decisiones de manera rápida y eficaz.
  • Apuesta por la innovación y la tecnología: el talento de una empresa juega un papel importante en la toma de decisiones. Por ello, es primordial fomentar un grupo de trabajo diverso, con un ambiente acogedor, donde se pueda exhibir plenamente la creatividad y con empleados que dispongan de una buena capacidad de adaptación ante los cambios. Este talento, unido a la apuesta por la tecnología, posibilita una combinación que acerca el éxito a las compañías.
  • Acelera todos los procesos de la empresa: no pongas obstáculos a la creatividad y el rendimiento de tu organización. Disminuye la burocracia, optimiza las tareas y reduce los niveles en el esquema organizativo de tu compañía para que haya una mayor relación entre quienes toman las decisiones y los propios empleados. Las organizaciones con procesos claros y efectivos tienen mayores opciones de alcanzar resultados positivos.

Organigrama de una empresa agile

Una empresa Agile no organiza su estructura conforme a un organigrama tradicional, sino que trabaja por equipos, squads o pools agrupados en torno a objetivos comunes que, por lo general, reciben el nombre de “tribus”. Dentro de una misma empresa puede ser que cada equipo de trabajo utilice un modelo Agile diferente según cuál sea su objetivo.

¿Quieres que tu compañía pueda competir en el mercado con garantías de éxito? Está en tu mano. Debes tener claro qué camino quieres escoger para triunfar y establecer una buena estrategia de toma de decisiones para alcanzar así la agilidad organizacional. Solo de esta forma podrás conseguir ventajas competitivas significativas y dirigir a tu empresa hacia un futuro notablemente mejor.

Y tú, ¿estás preparado para trabajar bajo metodología agile?