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tecnología en el trabajo

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Pocos podrán negar los beneficios que la tecnología ha brindado al mundo laboral en las últimas décadas. La posibilidad de teletrabajar, de manera parcial o completa, supone para muchos una serie de ventajas para poder conciliar su vida laboral con su vida personal y familiar. Hoy no es necesario atarse a una sede física como en el pasado. El uso de tecnología en el trabajo facilita labores antes inimaginables, como las reuniones online con personas de cualquier punto del mundo, lo que favorece el dinamismo y la movilidad.

Claro que la tecnología puede avanzar a un ritmo demasiado rápido para seguirlo, con cambios que no solo suponen un cambio de paradigma, sino que pueden suponer la pérdida de trabajo o la desvirtualización del mismo. Es lo que sienten muchos diseñadores gráficos al comprobar cómo muchos programas de Inteligencia Artificial pueden realizar trabajos muy logrados en apenas segundos en lo que a un ser humano podría llevarle horas. ¿Progreso o amenaza?

En este artículo analizaremos el impacto de la tecnología en el ámbito laboral y cómo aliarse con ella para lograr dominarla y no al contrario.

¿Qué es la tecnología en el trabajo?

Desde que Apple anunciara a bombo y platillo el lanzamiento del primer ordenador Macintosh en 1984, el binomio tecnología y trabajo pasó a formar parte de nuestras vidas. Tanto es así que, según recientes estudios, el 65% de los jóvenes pertenecientes a la Generación Z se dedicarán a profesiones relacionadas con la tecnología.

La tecnología y su aplicación en el mundo laboral han revolucionado la forma de trabajar como la conocemos, dando como resultado nuevos empleos y nuevas formas de gestión y organización de equipos dentro de la empresa.

Venimos de un mundo analógico que se ha quedado prácticamente atrás tras una transición hacia lo digital que ha afectado a casi todas las áreas del trabajo. Una revolución tecnológica en constante evolución que no deja de enfrentarse a nuevos retos y actualizaciones. La última, la incorporación de la Inteligencia Artificial a distintas áreas de la empresa. Por ejemplo, la atención al cliente que hasta hace nada realizaban trabajadores de un call center se ve cada vez más desplazada por chat bots que pueden llevar a cabo esas labores prescindiendo del capital humano.

El cambio en el mercado laboral ha requerido que tanto las empresas como los candidatos desarrollen nuevas competencias para adaptarse a las nuevas tecnologías.

¿Cómo influye la tecnología en el trabajo?

Con la prevención de no caer en la tentación ludita, es decir, ese rechazo radical a todo lo que significa progreso por miedo al cambio, la tecnología puede generar cambios muy vertiginosos. Pensemos, por ejemplo, en las pioneras líneas del metro de París que funcionan sin conductor.

Pero, como decimos, no podemos poner freno al progreso. Citando a un filósofo precisamente antiludita, “el trabajo que pueda realizar una máquina debe ser realizado por una máquina”. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que se tratan, por lo general, de trabajos mecánicos que no contribuyen a la realización del ser humano, es decir, acaban alienando a quienes los desempeñan durante demasiado tiempo.

En un plano más práctico, la tecnología afecta al trabajo contemporáneo en muchísimas áreas y procesos y lo más conveniente es subirse a su carro para aspirar al mayor número de ofertas de empleo.

La tecnología influye en los procesos de administración, de comunicación, de ejecución de tareas, de seguridad, de logística, de desarrollo de productos y, en muchos casos, forma parte intrínseca de la actividad de las empresas. Pensemos en compañías tecnológicas como Facebook, Google o Twitter, que no serían posibles sin la tecnología. Tampoco la mayoría de los medios de comunicación, volcados hoy en el entorno online y que emplean tecnología para producir y difundir sus contenidos.

Ventajas y desventajas de la tecnología en el trabajo

Así como hay nostálgicos de la radio y el teatro que apenas usan internet o van al cine, también hay quien considera, con un punto de razón, que la tecnología ha supuesto un retroceso en algunos aspectos y que no todo son beneficios. Veamos los puntos fuertes y los débiles de los avances de la tecnología.

Ventajas de la tecnología en el trabajo:

  • Reduce distancias y acorta tiempos. La tecnología rompe barreras y hace el mundo más manejable e igualitario, tanto como para que se puedan crear empresas con un presupuesto tan bajo como el que se necesita para un par de ordenadores y sus programas correspondientes. Las videollamadas, sumadas a los distintos programas de gestión de tareas, permiten a muchos trabajadores moverse por el mundo sin necesidad de un lugar físico. Lo mismo sucede con los CRM que se ejecutan a partir de tablets y que suponen un adelanto para profesionales comerciales que ven agilizada notablemente su actividad.
  • Aumenta la productividad. Y debería reducir el tiempo de los procesos. Ese es, al menos, el ideal de aquellos pioneros de la informática que soñaban con que las máquinas acortaran el tiempo de las tareas para poder disfrutar de más tiempo libre y libertad. Por desgracia, no siempre es así, ya que los nuevos adelantos pueden generar nuevas cargas de trabajo, pero es innegable que la tecnología es aliada de la productividad. Basta pensar en el modo de montar una película antes de la irrupción de los programas de edición digital como Final Cut o Adobe Premiere.
  • Genera nuevas profesiones y reinventa las tradicionales. Como en el caso del editor o montador de cine, vemos que la tecnología obliga a reciclarse y adoptar nuevos modos de trabajo para lograr tus objetivos, solo que con mayor eficiencia y calidad. Respecto a los nuevos trabajos, la tecnología abre nuevos panoramas profesionales que compensan las posibles pérdidas. Basta pensar en los trabajos que han generado las redes sociales con la figura de los community managers, así como los creadores de contenidos para esas redes o para las webs corporativas con sus respectivos blogs, newsletters y comunicaciones que conviene actualizar cada corto espacio de tiempo. Conceptos como youtuber o influencer no existían hace unos quince años.
  • Ofrece nuevos retos y fomenta la innovación. Si en el siglo XX se necesitaba todo un equipo de producción, con su financiación elevada y alcanzable para unos pocos, Isabel Coixet demostró con Spain in a Day que con unos cuantos teléfonos móviles se podía rodar una película (documental). Ejemplo de cómo la tecnología puede simplificar procesos, abaratar costes y potenciar la creatividad.

Desventajas de la tecnología en el trabajo

  • Riesgo de brecha digital. Aquellos trabajadores que se hayan incorporado tarde a las nuevas tecnologías pueden tener mayores dificultades de adaptación y quedar excluidos de ciertos proyectos.
  • Dependencia. Como no hay horarios, ya que se borran las fronteras entre el tiempo de trabajo y el de descanso, basta un teléfono móvil para acceder al correo electrónico y, por tanto, no se desconecta nunca del todo.
  • Peligro de ineficiencia. O síndrome del deslumbramiento tecnológico que se traduce en una pasión hacia los nuevos dispositivos y sus funcionalidades pero no tanto en productividad. Como la procrastinación y falta de atención que genera el trabajo con pantallas y la exposición constante a todo tipo de estímulos ajenos a las tareas a realizar. Todos tenemos esa tentación al alcance, aunque algunos más que otros, como señaló el profesor Joseph Ferrari, de la Universidad DePaul, con esta sentencia: “Todos procrastinamos, pero no todos somos procrastinadores”.
  • Aislamiento. Fuera del ámbito laboral, en Japón supuso todo un problema social la proliferación de hikikomoris, que es como se definía a aquellas personas que optaban por no salir nunca de casa y vivir conectados a internet. En nuestro entorno, y dentro del ámbito laboral, la tecnología puede traer consigo hábitos solitarios, individuales, tanto en la presencialidad como en el teletrabajo, dificultando el trabajo en equipo y las relaciones interpersonales.

Ejemplos de tecnología en el trabajo

Las aplicaciones de nuevas tecnologías en el trabajo las vemos cada día en nuestra rutina profesional: desde los sistemas de comunicación interna a los gestores de tareas (Trello, Notion) como los sistemas de almacenamiento en la nube (Sync, Dropbox, Google Drive) o los programas de videollamadas (Zoom, Skype, Slack, Whereby).

No sólo han evolucionado los dispositivos que usamos, desde los ordenadores portátiles o de sobremesa, sino también el software que emplean distintos profesionales. Arquitectos, diseñadores, editores, ingenieros, redactores o publicistas no podrían desarrollar su trabajo sin apoyo de la tecnología. Ni tampoco otras profesiones como los odontólogos o los ilustradores, por poner dos ejemplos de campos distintos. Los primeros trabajan con herramientas muy sofisticadas que aportan información precisa sobre tratamientos e historial médico y los segundos utilizan programas de ilustración con los que logran resultados nunca vistos.

Por otro lado, se abre un nuevo horizonte tecnológico, la llamada industria 4.0, en la que se incluyen el Big Data, el Cloud Computing, Internet de las Cosas o el Metaverso, generarán nuevas transformaciones que afectarán notablemente al trabajo.

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