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Clipper Stad Amsterdam, un sueño hecho realidad

De Frits Goldschmeding, fundador de Randstad, surgió la idea de combinar su pasión por la navegación con la filosofía de la compañía, dar forma al mundo del empleo. Y de una colaboración entre Randstad y el Ayuntamiento de Ámsterdam, el sueño se hizo realidad: el Clipper Stad Amsterdam.

Para las más de 200.000 horas invertidas en la construcción del barco, una réplica exacta de un Clipper del S. XIX pero con las comodidades y medidas de seguridad de uno moderno, fueron formados y empleados cientos de trabajadores desempleados.

Con esta iniciativa solidaria se culminó la idea de Goldschmeding, aunar su pasión con el empleo. Por ello, el espíritu y los objetivos del Stad Amsterdam se siguen manteniendo desde la gestación de la idea hasta hoy día:

  • Enseñar a los jóvenes a navegar
  • Ofrecer formación a personas desempleadas
  • Acoger iniciativas de Randstad dirigidas a trabajadores y empresas

 

un velero, mucha historia

Y es que el Clipper Stad Amsterdam ha trasladado a la actualidad la belleza y espectacularidad de los veleros del S. XIX, pero también su historia.

La aparición de los clippers supuso un auténtico avance en el mundo de la navegación. El íntegro rediseño del casco de la nave, su estructura más alargada, el empleo de materiales más ligeros, mástiles más altos y muchas más velas, permitió aumentar la velocidad lo suficiente como para que los comerciantes de la época pudiesen amortizar el coste de la nao en un solo viaje.

Los clippers se utilizaron para importar el té de Extremo Oriente o el oro de California y para trasladar pasajeros, como los buscadores de oro con destino Australia o los soldados o emigrantes con rumbo a Indias Holandesas.

El canal de Suez (inaugurado en 1869), redujo a la mitad la travesía Londres-Shanghái por lo que era el canal idóneo para los barcos de vapor pero inútil para los veleros que tuvieron que mantener su larga ruta alrededor del Cabo de Hornos. Abocados a desaparecer, los clippers perdieron toda su fama cayendo en desuso.

Hoy, el Stad Amsterdam nos ha devuelto la historia y grandeza de estas embarcaciones.