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Smart Working | 880

La nueva realidad del mundo laboral pide un esfuerzo de adaptación tanto a las empresas como al talento. En este sentido, la filosofía smart working, que propone una reconfiguración de los equipos de trabajo y apuesta por el no presentismo, es la respuesta a las necesidades de empleados y organizaciones.


¿En qué consiste?
El smart working es una fórmula de gestión empresarial que se basa en tres pilares básicos: movilidad y flexibilidad horaria, trabajo por equipos y el uso de nuevas tecnologías. Este modelo propone una gestión más eficiente de las personas y busca no sólo aumentar la productividad, sino también la satisfacción del talento y a través de conciliación. Y es que, según el informe Employer Brand Research 2017, el 55% de los trabajadores señala esto último como un factor decisivo a la hora de elegir trabajar en una empresa.

A diferencia del teletrabajo, el Smart working se apoya en las nuevas tecnologías no sólo para permitir al profesional decidir el lugar de trabajo, sino también el horario y las herramientas. Este sistema intenta adaptar el empleo al profesional permitiéndole un alto grado de autonomía.

No obstante, la implantación de este sistema supone un reto tanto para las empresas como para los trabajadores. Las compañías tienen que proveer una formación tecnológica a sus equipos que les permitan el desempeño óptimo de sus funciones y una comunicación fluida con la empresa. Además, deben proporcionar el acceso a dichas herramientas y conseguir que sean seguras, para poder garantizar así la confidencialidad de los documentos de trabajo.  Por su parte, los trabajadores no solo deben perfeccionar sus habilidades de autogestión para cumplir con los objetivos, sino también comprometerse a mantenerse al día de las nuevas tecnologías y favorecer la comunicación para evitar el aislamiento del equipo.

 

Ventajas y desventajas del smart working
A cambio, el smart working ofrece numerosas ventajas para ambas partes. Al ser un modelo basado en los resultados, supone una motivación extra para que los profesionales intenten incrementar su eficiencia, ya que posibilita una valoración más objetiva de sus logros. Además, la deslocalización del trabajo elimina algunos costes como el alquiler de espacio o las dietas, haciendo bastante atractiva su implementación para las empresas. Otra de las interesantes ventajas que facilita es la formación de equipos multiculturales de trabajo, aumentando la diversidad y todo lo que ello implica.

Sin embargo, la fórmula tiene ciertas debilidades. Una de ellas es el posible aumento de distracciones y el posible aislamiento de los equipos, fruto de la deslocalización del espacio de trabajo. Además, se puede producir una sensación de falta de jerarquía derivada de la ausencia de supervisión directa, sobre todo en la toma de decisiones.

Pero quizás el principal obstáculo para este sistema es la falta de un marco regulador que genera ciertas y comprensibles reticencias entre el empresariado nacional. En España, la legislación sobre el trabajo a distancia es muy reducida y tan sólo establece una serie de generalidades. Es por eso que todos los casos de implantación en España se rigen por convenios colectivos y acuerdos de las propias empresas.


¿Cómo se aplica en España?
En España hay casos de empresas que, atraídas por sus ventajas, han implementado la filosofía smart working. Vodafone, Mondelez o Microsoft en España son tres de las empresas pioneras en este modelo, y han llevado a cabo su aplicación en función de las necesidades de la compañía y sus empleados.

Para Vodafone, la aplicación de este modelo es un intento de mejorar la calidad laboral y la posibilidad de conciliación de sus empleados. Los principios que ha establecido Vodafone para su práctica son a nivel discrecional, por lo que es el empleado el que debe ofrecerse voluntario, siempre respetando las condiciones laborales previas y con garantía de reversibilidad.

Mondelez es otro ejemplo de smart working en España, pero aplicado de una forma mucho más integral en la empresa. El proceso de adaptación se produjo en dos fases que se desarrollaron de forma gradual durante tres años. Primero se llevó a cabo una reformulación organizacional a nivel interno, eliminando despachos y apostando por una jerarquía más horizontal, y posteriormente en el plano externo, permitiendo realizar funciones fuera de la oficina.

Con la premisa de “fomentar la creatividad, la motivación y la productividad de sus empleados”, Microsoft Iberia da la oportunidad a su equipo de trabajar desde su casa u otra localización, para lo que disponen de todos los avances tecnológicos de la empresa. Además, y siguiendo con la innovación en cuanto a gestión de talento, lleva a cabo su programa de WPA (Workplace Advantage), una iniciativa que permite trabajar en cualquier parte de sus instalaciones, fomentando que las personas desempeñen sus tareas en el lugar que les haga sentir más cómodas.

Las capacidades tecnológicas y la evolución natural del mundo laboral empujan a buscar nuevos métodos de organización y gestión, sobre todo en aquellos sectores más cercanos a la tecnología. La ayuda a la conciliación y la mejora de condiciones laborales son clave en el futuro de la gestión empresarial. Pero la implantación o no de filosofías como el smart working dependen del esfuerzo conjunto de empresas y empleados, así como de la creación de un marco regulador que permita que sean sistemas óptimos y también seguros.

Y en tu empresa, ¿se aplica el smart working?