El número de trabajadores con depresión postvacacional se reduce un 14%

• Castilla-La Mancha, Madrid y Canarias son las comunidades autónomas donde se ha producido una mayor disminución en el volumen de trabajadores que experimentan este estado de ánimo tras las vacaciones.

27 Ago 2012 en Randstad

La mayoría de los empleados que padece estrés a la vuelta al trabajo necesita entre una y dos semanas para adaptarse y desarrollar su actividad profesional con normalidad. Randstad recomienda en la primera semana marcarse objetivos sencillos, fijar prioridades e intentar regresar de las vacaciones dos o tres días antes de la incorporación al trabajo para conseguir el ritmo laboral anterior y adaptarse con mayor facilidad.

El volumen de trabajadores que experimentan depresión a la vuelta de sus vacaciones de verano ha registrado una reducción de 14 puntos porcentuales respecto al 2011. Esta es una de las principales conclusiones que se extraen del informe que acaba de elaborar Randstad, empresa líder en soluciones de recursos humanos, entre una muestra aleatoria de casi 1.000 personas por toda la geografía española. En este sentido, más de la mitad de empleados encuestados (53,3%) ha afirmado que regresa a la oficina con normalidad y sin padecer depresión postvacacional, mientras que el pasado año las personas que reconocía no sufrir este síndrome alcanzó el 39,26%.

Este trastorno dificulta la adaptación al nuevo ritmo laboral y se manifiesta en irritabilidad, insomnio o tristeza, así como dolores de cabeza, alteraciones en el apetito o desmotivación.

Por regiones, Castilla-La Mancha (38%), Madrid (37%) y Canarias (31%) son las comunidades autónomas donde se ha producido una mayor incremento en el volumen de trabajadores sin estrés postvacacional. Le siguen Aragón (21%), Castilla y León (19%) y Extremadura (16%). En cambio, los asturianos y los vascos son los únicos cuyos resultados manifiestan un aumento de este estado anímico a la vuelta al trabajo tras el periodo estival.

Entre una y dos semanas para recuperarnos

El informe de Randstad evalúa, además, la media de tiempo que necesitan los trabajadores para superar el estrés después del verano. Entre una y dos semanas es el periodo que predomina entre los encuestados que aseguran padecer este estado (56%). Además, más del 39% de los consultados se adapta al ritmo de trabajo con el paso de un día, mientras que un 3,5% supera esta situación con más tiempo.

Escasas diferencias en función de la formación académica

Los resultados de esta encuesta concluyen que prácticamente son inexistentes las diferencias en función del grado de estudios académicos de los consultados. Los trabajadores universitarios o formados en FP estresados (51,6% y 50,5%, respectivamente) superan ligeramente a los que niegan padecer este trastorno.

La mayoría de los empleados con estudios de Bachillerato (55%) y EGB-ESO (66%) regresan de las vacaciones y se adaptan al trabajo sin dificultades. En esta misma línea se expresan los trabajadores sin estudios. Un 54% indica que su vuelta tras las vacaciones se desarrolla con normalidad.

Por edades, seis de cada diez empleados de entre 16 y 24 años no sufren depresión postvacacional, seguidos de los trabajadores con una franja de edad comprendida entre los 25 y 29 años (59%) y los de 45 y 65 (53,5%). Es decir, a mayor edad, más nos cuesta volver a la rutina.

En cuanto a géneros, algo más del 60% de los hombres encuestados reconoce no sufrir depresión postvacacional, mientras que entre las mujeres este porcentaje se reduce a poco más del 48%. Año tras año, las mujeres aluden a mayores dificultades a la hora de incorporarse a su rutina habitual. Sin embargo, estas diferencias entre géneros no se dan en todas las franjas de edad. En general, las mujeres mayores de 30 años tienen más responsabilidades familiares y por tanto la vuelta al ritmo habitual incluye también mayores responsabilidades en el área personal.

Recomendaciones de Randstad para superar el estrés postvacacional

Desde Randstad se plantean algunas recomendaciones que contribuyen a facilitar, de forma óptima y saludable, la vuelta al trabajo tras concluir el periodo estival:

  • Objetivos sencillos y alcanzables. Marcarse retos de fácil asunción en la primera semana para conseguir el ritmo anterior a las vacaciones. En los primeros días, se aconseja que se afronten las jornadas como un proceso de revisión del calendario de actividades anuales y gestiones pendientes de ejecución. De este modo, se facilita la adaptación a los hábitos de la oficina y a las labores diarias del grupo de trabajo.
  • Positivismo ante el regreso a la oficina. Durante los primeros días, hay que mantener una actitud positiva y constructiva ante las tareas laborales y sus compañeros de trabajo.
  • Planificar tareas y establecer un orden de importancia. Es recomendable priorizar las labores más importantes a la llegada a la oficina, así como fijar unas pautas de funcionamiento que regulen una posible depresión después de las vacaciones. La planificación se debería acompañar de un proceso de ejecución progresivo de las tareas y las gestiones pendientes (por ejemplo, marcar una prioridad en la lectura de los correos electrónicos y en resolución de las gestiones pendientes).
  • Volver de las vacaciones dos o tres días antes de la incorporación al trabajo. Se aconseja regresar del viaje de vacaciones unos días antes a la fecha marcada como retorno a la oficina. Así se dispone de tiempo suficiente para descansar, organizar y planificar de tranquila y pausadamente. En este sentido, es aconsejable, asimismo, que la incorporación sea un día de la semana distinto al lunes para amortiguar que el impacto psicológico que puede ocasionar el regreso a la oficina.
  • Comunicación fluida con el grupo. El primero o el segundo día es preciso mantener una reunión informal con los compañeros de trabajo para que nos informen de lo acontecido durante la ausencia. Esta primera toma de contacto posibilitará conocer de inmediato y de primera mano los temas más urgentes.
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