tabla de contenidos
  1. evolución de la contratación
  2. perfil y distribución del empleo energético
  3. retos estructurales y nuevas oportunidades
  4. perspectivas de futuro para el empleo en energía

 

El sector energético en España está viviendo una transformación profunda, impulsada por la transición hacia energías más limpias, la automatización de procesos y una creciente demanda de perfiles técnicos especializados. Esta evolución no solo está cambiando la estructura productiva del sector, sino también el perfil del talento que lo impulsa. Según el informe Mercado de trabajo en el sector Energético | 2025 de Randstad Research, el empleo en este ámbito ha crecido un 11,1% interanual en el primer trimestre de 2025, con especial dinamismo en las energías renovables y un notable avance de la contratación indefinida.

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evolución de la contratación

subsectores con mayor crecimiento de contratos

El crecimiento del empleo en el sector energético se concentra mayoritariamente en la producción, transporte y distribución de electricidad, que representa el 91% del empleo total con cerca de 99.000 ocupados. Este subsector ha crecido un 16,6% en el último año, mientras que otros como la producción de gas han experimentado caídas significativas.

contratación por actividad: del gas a las renovables

La apuesta por las energías renovables está redibujando el mapa del empleo energético. Las empresas del sector están priorizando perfiles que puedan adaptarse a tecnologías limpias, lo que desplaza progresivamente el protagonismo de actividades más tradicionales como el suministro de gas hacia áreas más sostenibles y alineadas con los objetivos climáticos.

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perfil y distribución del empleo energético

madrid, andalucía y país vasco, polos de empleo en el sector

Madrid lidera el empleo energético en España, concentrando el 28,8% de los ocupados, seguida de Andalucía (17,8%) y Cataluña (10,3%). Estas regiones aglutinan las principales infraestructuras del sector y una mayor concentración de empresas, lo que las convierte en polos estratégicos para la inversión y el desarrollo tecnológico. Su capacidad para atraer talento cualificado y acoger proyectos de innovación las posiciona como motores clave en la transición energética del país.

edad, género y cualificación del talento energético

El sector presenta un perfil de empleo altamente cualificado, donde el 48% de los trabajadores cuentan con estudios universitarios y otro 36% con formación profesional. Este alto nivel formativo responde a la complejidad técnica de las actividades del sector y a la necesidad de incorporar conocimientos avanzados en ingeniería, tecnología y sostenibilidad. No obstante, la brecha de género sigue siendo considerable: las mujeres representan solo el 29% del empleo energético, frente al 46,4% del conjunto del mercado laboral español, lo que evidencia un importante reto en términos de igualdad y diversidad en un entorno aún dominado por hombres.

diversidad y formación en un sector altamente técnico

Además de la desigualdad de género, el sector enfrenta desafíos relacionados con la escasa diversidad y la necesidad de renovar una plantilla muy especializada. Los perfiles técnicos y científicos representan más de dos tercios del empleo, lo que refuerza la importancia de la formación continua y la actualización de competencias.

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retos estructurales y nuevas oportunidades

falta de relevo generacional y escasez de técnicos especializados

Aunque ha habido un crecimiento significativo entre los trabajadores jóvenes —destacando un 49,9% de aumento en el grupo de 25 a 34 años—, el sector sigue mostrando señales de envejecimiento en determinadas áreas, especialmente en los grupos de mayor edad, donde la renovación generacional avanza más lentamente. Esta situación pone en riesgo la transmisión de conocimiento y la continuidad operativa en segmentos clave del sector. La falta de técnicos cualificados sigue siendo una barrera para el crecimiento sostenible, agravada por la dificultad para atraer nuevo talento a un entorno laboral cada vez más exigente y tecnificado.

retos en formación, automatización y sostenibilidad

La automatización está ganando peso y redefine la necesidad de perfiles híbridos, capaces de trabajar con tecnologías como la inteligencia artificial y sistemas autónomos, combinando conocimientos técnicos con habilidades digitales y de análisis de datos. Esta evolución no sólo transforma los procesos productivos, sino también la manera en que se organiza y gestiona el talento. Paralelamente, la creciente inversión en sostenibilidad obliga a las compañías a capacitar a su personal en nuevas competencias, relacionadas con la eficiencia energética, la economía circular y el cumplimiento de objetivos ambientales cada vez más exigentes.

oportunidades de empleo verde en la transición energética

La transición energética abre la puerta a nuevas oportunidades laborales en sectores como la eficiencia energética, la generación distribuida y el almacenamiento, impulsando la creación de empleos orientados a la innovación y el desarrollo sostenible. Estos ámbitos requieren perfiles técnicos altamente especializados y con capacidad de adaptación a tecnologías emergentes. La demanda de especialistas en sostenibilidad y energías renovables está muy por encima de la media global, lo que anticipa una nueva era del empleo verde, en la que el conocimiento ambiental y la responsabilidad social serán elementos clave para el desarrollo profesional en el sector.

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perspectivas de futuro para el empleo en energía

nuevas competencias y tecnologías que transformarán el empleo

Los perfiles más demandados para los próximos años incluyen especialistas en energías renovables, inteligencia artificial y sostenibilidad, reflejando el giro del sector hacia un modelo más tecnológico y respetuoso con el medio ambiente. Esta transformación está impulsando la creación de nuevos empleos que requieren habilidades híbridas, capaces de integrar conocimientos técnicos con competencias digitales. Las tareas laborales tenderán a combinar cada vez más la intervención humana con tecnologías avanzadas, como la automatización, los sistemas autónomos y el análisis de datos en tiempo real. Esto dará lugar a nuevos roles en colaboración hombre-máquina, en los que la adaptabilidad, la formación continua y la innovación serán claves para el éxito profesional en un entorno en constante evolución.

energías limpias y digitalización como motores del crecimiento

El sector energético en España se encuentra en plena transformación, impulsado por la transición hacia modelos sostenibles, la digitalización y la automatización. Esta evolución está generando un aumento significativo del empleo, especialmente en subsectores como la producción y distribución de electricidad. La contratación indefinida se ha consolidado, y los perfiles técnicos y cualificados representan la mayoría del talento incorporado. A nivel territorial, Madrid, Andalucía y Cataluña concentran la mayor parte del empleo, reflejo de su infraestructura y tejido empresarial.

El 86% de las empresas del sector ya están invirtiendo en energías limpias, mientras que un 72% desarrolla programas de inteligencia artificial. Esta convergencia entre digitalización y descarbonización sitúa al sector energético como uno de los más prometedores para el empleo del futuro. No obstante, persisten desafíos estructurales, como la escasa presencia femenina, la falta de relevo generacional y la necesidad urgente de más técnicos especializados.

 

Las oportunidades se abren en torno al empleo verde, la inteligencia artificial y las energías renovables, ámbitos que no solo están cobrando una creciente relevancia, sino que además están llamados a redefinir por completo los perfiles profesionales más demandados en el corto y medio plazo. Estos sectores emergentes exigen nuevas competencias y capacidades, lo que obligará a los trabajadores y a las empresas a adaptarse con rapidez a un entorno en constante transformación. La capacidad de anticiparse a estos cambios, mediante la formación continua y la actualización de conocimientos técnicos, será un factor determinante para aprovechar plenamente el potencial que ofrece el sector energético. De esta forma, se podrá consolidar como uno de los principales motores del empleo del futuro, generando puestos de trabajo más sostenibles, estables y de alto valor añadido, en sintonía con los objetivos de desarrollo económico y ambiental.