La industria farmacéutica en España continúa consolidándose como uno de los motores clave de la economía nacional. Según Farmaindustria, el sector superó los 53.000 millones de euros en producción en 2023, con una aportación del 24% del total de la inversión industrial en I+D. Sin embargo, más allá de la investigación, el desarrollo clínico o la fabricación de medicamentos, el éxito depende cada vez más de profesionales no sanitarios que operan desde áreas de soporte estratégico: administración, logística, finanzas, gestión documental o compliance.

La demanda de estos perfiles está en auge, impulsada por la transformación digital, la globalización de las operaciones y la creciente complejidad regulatoria. Las farmacéuticas necesitan cada vez más profesionales no sanitarios con conocimientos técnicos, capacidad de adaptación y habilidades organizativas que les permitan sostener y optimizar procesos clave del negocio más allá del laboratorio.

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perfiles de soporte con alta empleabilidad en el sector

Aunque tradicionalmente se ha asociado la industria farmacéutica a perfiles científicos y sanitarios, lo cierto es que su funcionamiento depende en gran medida de áreas de soporte no clínico que garantizan la continuidad y eficiencia operativa de toda la cadena de valor. Estos perfiles, muchas veces invisibles para el gran público, son cada vez más demandados por las compañías del sector.

Los departamentos de administración, logística, compras, calidad, atención al cliente, finanzas, compliance o regulación han ganado peso en los últimos años, en un contexto marcado por la digitalización, la internacionalización y el cumplimiento normativo cada vez más estricto. La integración de estas áreas con los equipos técnicos y científicos permite una coordinación más ágil, una mayor eficiencia en los procesos y una mejor capacidad de respuesta frente a retos del entorno.

Según los datos de Randstad, los perfiles con mayor proyección son aquellos capaces de trabajar en entornos regulados, con experiencia en la gestión documental, trazabilidad de productos, seguimiento de normativas europeas o internacionales, y dominio de herramientas digitales específicas del sector. Entre los roles más solicitados en los procesos de selección actuales, destacan los técnicos/as de logística farmacéutica y planificación de la cadena de suministro, especialistas en administración con manejo de ERP como SAP, auxiliares administrativos con experiencia en gestión documental bajo normativas GMP, técnicos/as de soporte en calidad y validaciones, personal de atención al cliente con idiomas y conocimiento del entorno regulado, y analistas financieros familiarizados con el sector salud

Este tipo de profesionales ofrecen un perfil versátil, con una combinación de conocimientos técnicos, habilidades organizativas y adaptación al entorno regulatorio. Su empleabilidad es alta no solo por la demanda existente, sino también por la posibilidad de crecer profesionalmente dentro del sector, accediendo a puestos de mayor responsabilidad o especialización. La clave está en demostrar conocimiento del sector farmacéutico, estar familiarizado con su terminología, sus flujos de trabajo y su cultura organizativa, que combina exigencia técnica con un fuerte compromiso ético y social.

administración, logística y finanzas: los pilares que sostienen la industria farmacéutica

La transformación del sector farmacéutico, marcada por la automatización, la digitalización y la globalización de las cadenas de suministro, ha reforzado la necesidad de contar con perfiles administrativos y técnicos que garanticen el funcionamiento diario de las operaciones. En logística, por ejemplo, los perfiles más demandados son técnicos de planificación, responsables de supply chain, encargados de planificar, gestionar y optimizar todos los procesos de la cadena de suministro de una empresa, y especialistas en transporte farmacéutico. Estos profesionales aseguran la trazabilidad de productos, el cumplimiento de normativas de almacenamiento (GDP) y la optimización de rutas en un contexto con altísimas exigencias de precisión.

En administración y finanzas, se requieren perfiles con dominio de herramientas como SAP, conocimientos de facturación internacional, control de costes y familiaridad con los procesos de auditoría interna y externa. De hecho, el equipo de Life Sciences de Randstad Professionals asegura que las empresas buscan perfiles con una doble habilidad: conocimiento técnico y capacidad de adaptación a normativas cambiantes.

por qué se valora la experiencia previa en sectores regulados

Las empresas farmacéuticas operan bajo estrictos marcos normativos como GMP (Good Manufacturing Practices), ISO, FDA (EE. UU.) o EMA (Unión Europea), y requieren perfiles que comprendan este entorno regulado. Por ello, una experiencia previa en sectores afines —como el alimentario, cosmético o químico— es un valor añadido para muchos reclutadores.

Los procesos en estos sectores comparten exigencias en cuanto a trazabilidad, control de calidad, gestión documental y cumplimiento normativo. La familiaridad con estos procesos facilita la integración del nuevo talento, reduce tiempos de adaptación y disminuye los riesgos operativos. En otras palabras, quien ya ha trabajado bajo estándares regulatorios sabe lo que está en juego y cómo actuar con responsabilidad.

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soft skills y competencias transversales

En un entorno tan regulado y dinámico como el farmacéutico, contar con conocimientos técnicos ya no es suficiente. Las empresas del sector demandan cada vez más habilidades blandas y competencias transversales en sus procesos de selección, especialmente para los perfiles de soporte no sanitarios, donde el trabajo en equipo, la precisión y la capacidad de adaptación marcan la diferencia. 

Según el informe Global In-Demand Skills de Randstad Enterprise, la demanda de soft skills varía según la experiencia y la región. La tasa de vacantes en IA y automatización es del 3% en general, pero alcanza casi el 15% al considerar competencias blandas y mercados específicos, una tendencia que también se refleja en el sector farma, especialmente en puestos administrativos, logísticos, financieros y de calidad, donde estas competencias se valoran cada vez más al mismo nivel que la experiencia técnica.

Trabajar en el sector farmacéutico implica operar en un entorno altamente regulado, donde la adaptación constante, la precisión y la colaboración son fundamentales. La industria está sujeta a normativas estrictas como GxP, GDP, GMP o ISO, por lo que la flexibilidad cognitiva y la agilidad de aprendizaje se convierten en habilidades esenciales. Las empresas buscan profesionales capaces de desenvolverse con soltura ante procedimientos en constante cambio, actualizaciones regulatorias y auditorías tanto internas como externas. Además, los perfiles de soporte actúan como nexo entre múltiples departamentos (producción, calidad, logística o finanzas), lo que hace imprescindible una comunicación clara, precisa y empática, así como la capacidad de transmitir información técnica sin errores y colaborar con equipos multidisciplinares para garantizar la eficiencia operativa.

En un entorno donde un simple error documental, de stock o en la trazabilidad puede tener consecuencias críticas, se valoran especialmente la atención al detalle, la orientación a resultados y el pensamiento crítico, ya que permiten detectar fallos, anticiparse a incidencias y mantener la calidad en cada etapa del proceso. Aunque no se considera una soft skill en sentido estricto, el dominio de herramientas como SAP, Excel avanzado, CRMs o sistemas LIMS también es indispensable, ya que mejora la trazabilidad, facilita el cumplimiento normativo y optimiza la toma de decisiones en entornos complejos.

atención al detalle, comunicación y gestión documental como claves de selección

En un sector donde cualquier error puede tener un impacto directo en la salud de las personas, las habilidades blandas (soft skills) han adquirido un valor estratégico. La atención al detalle no es solo una cualidad deseable, sino un requisito imprescindible. Una interpretación incorrecta en un procedimiento de calidad, un fallo en una orden de compra o una desviación en la cadena logística pueden generar consecuencias graves.

Del mismo modo, la comunicación efectiva resulta fundamental. Los perfiles de soporte deben interactuar con equipos técnicos, proveedores, autoridades sanitarias y departamentos internos, lo que exige claridad, capacidad de síntesis y dominio de herramientas digitales de colaboración.

Por su parte, la gestión documental, cada vez más digitalizada y automatizada, requiere competencias sólidas en organización, conocimiento de software especializado como Veeva Vault, Documentum o TrackWise, y un entendimiento preciso de las normativas que regulan el ciclo de vida de la documentación en la industria farmacéutica.

cómo mejorar el perfil con formación técnica complementaria

Para acceder a estas posiciones y destacar en los procesos de selección, la formación técnica es un factor clave. En Randstad, muchos procesos de selección valoran positivamente que los candidatos cuenten con certificados o cursos específicos en áreas como buenas prácticas de fabricación (GMP), gestión de calidad (ISO 9001, ISO 13485), software de gestión empresarial (SAP, Oracle), logística farmacéutica (GDP), compliance y regulación sanitaria (FDA, EMA) e inglés técnico aplicado al entorno regulado. Además, el conocimiento en transformación digital, que incluye automatización de procesos, análisis de datos e inteligencia artificial aplicada al control de calidad, está ganando cada vez más relevancia, especialmente en grandes farmacéuticas con operaciones globales.

La demanda de perfiles no sanitarios en la industria farmacéutica se mantiene estable y además evidencia señales de crecimiento a medio y largo plazo. Así lo demuestra el aumento de inversiones en plantas logísticas, digitalización de procesos y expansión internacional del sector. Para quienes buscan desarrollarse profesionalmente en una industria con propósito, estabilidad y posibilidades de carrera, esta es una oportunidad única. La clave está en combinar competencias técnicas con habilidades transversales, estar dispuesto a formarse continuamente y comprender el entorno regulado en el que operan las farmacéuticas.

 

En este contexto de transformación constante, la industria farma en España requiere talento científico y perfiles no sanitarios altamente cualificados que garanticen la eficiencia operativa del sector. Profesionales en administración, logística, finanzas o compliance se han convertido en piezas clave para sostener la cadena de valor, aportando competencias técnicas, manejo de herramientas digitales y una fuerte orientación al detalle y la normativa. La experiencia en sectores regulados y la formación técnica especializada, junto con habilidades blandas como la comunicación efectiva y la adaptabilidad, son hoy factores decisivos en los procesos de selección. Este cambio en el paradigma de talento refleja una industria que evoluciona hacia modelos más integrados, donde el conocimiento transversal y la colaboración multidisciplinar son esenciales para afrontar los retos del presente y del futuro.