EVP o Employee Value Proposition: ¿cómo trabajarla?

 

Así como, tradicionalmente, los candidatos a un puesto de trabajo se esmeraban, con el mejor CV posible, con una entrevista de trabajo impecable, las empresas también se esfuerzan por atraer hacía sí a los candidatos con más talento

Para ello, ellas también tienen que ofrecer lo mejor de sí, sus mayores virtudes. Es lo que se conoce como EVP o Employee Value Proposition (Propuesta de Valor para el Empleado, en español). 

En este artículo, veremos cómo afecta la EVP a los recursos humanos y la importancia que puede ejercer a la hora de mejorar la captación y retención de los mejores profesionales de cada sector.  

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en qué consiste la Employee Value Proposition o EVP

La Propuesta de Valor para el Empleado es un conjunto de incentivos que la empresa pone en bandeja de los posibles candidatos a formar parte de la empresa como de los trabajadores que ya forman parte de la plantilla. 

Dicha propuesta, la EVP, concentra una serie de ventajas y beneficios que el empleado recibe solo por el hecho de trabajar en la empresa que lo contrata. Va mucho más allá de recompensas puntuales como ofrecer tiques restaurantes o la libranza de los viernes por la tarde; la Employee Value Proposition se centra más en aspectos como el ambiente laboral, oportunidades de desarrollo, compensación, beneficios, cultura corporativa y otros elementos que diferencian a la empresa de entra las demás.

La EVP puede ser clave para atraer y retener talento, ya que comunica de manera clara y transparente todo los que la empresa ofrece a sus empleados, es decir, unos elementos intangibles más allá del salario, que completan una experiencia de trabajo plena y satisfactoria, lo más cercana posible a la realización profesional.

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por qué es importante apostar por la EVP

Una EVP bien aplicada puede definir la identidad y la filosofía de la empresa, así como fortalecer el potencial de tu plantilla. Además, supone un atractivo para los candidatos, lo que facilitará un mejor reclutamiento; la ‘guerra por el talento’ ya está aquí, por lo que una Propuesta de Valor para el Empleado bien presentada y adaptada a las posibles exigencias y necesidades de los mejores candidatos, atraerá a los mejores perfiles. 

Porque ahora toca a las empresas ofrecer una razón de peso para que esos candidatos talentosos quieran trabajar en dicha compañía y no en una de la competencia: es ahí cuando entra en juego la EVP en Recursos Humanos.

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cómo debemos desarrollar la EVP

El equipo de Recursos Humanos se encarga de la Propuesta de Valor del Empleado (o EVP). Dicha propuesta es flexible, cambiante, se puede adaptar a cada perfil, tanto de candidatos que puedan pasar a formar parte de la empresa, como para trabajadores ya en nómina. En este último caso, la EVP debe ser actualizada regularmente, con unas actualizaciones que nacen del feedback entre la empresa y los trabajadores, atendiendo a las demandas de los trabajadores. 

Si la empresa quiere retener el talento de manera efectiva deberá conocer el grado de satisfacción (o al contrario, de desafección) de los trabajadores con la empresa. A partir de entrevistas puntuales, o de encuestas de clima laboral, podrá pulsar su grado de sentimiento de pertenencia a la empresa y los aspectos que ésta puede mejorar para blindar su adhesión a la misma. 

Al margen de estos aspectos, es importante planificar las siguientes fases, a la hora de desarrollar una EVP competitiva: 

  • Definir el perfil del candidato. Si el departamento de Recursos Humanos tiene bien claro qué tipo de perfil busca para incorporar a la empresa, la Propuesta de Valor al Empleado será más eficaz. 
  • Personalizar la propuesta. Para seducir a los talentos por venir, resulta clave ofrecer una EPV lo más personalizada posible, que vaya al punto débil, por así decir, del aspirante. Para ello, es importante realizar una investigación previa, que puede llevarse a cabo mediante el análisis de las referencias a disposición del departamento de RRHH, pero también a través de entrevistas concertadas con el objetivo de conocer mejor al candidato y cuáles pueden ser sus preferencias (para posteriormente incluirlas en la EVP).
  • Estudiar las opciones a ofrecer. Una vez se conoce bien el perfil del candidato o candidata que se quiere contratar, y se va a elaborar la EPV, es buena idea provocar una lluvia de ideas sobre las medidas o beneficios que puede incluir dicha EPV. Esta puede reflejar medidas favorables para la conciliación familiar en el caso de que un padre o madre con uno o varios hijos al cargo o, en el caso de perfiles más cercanos a la jubilación, mejoras relativas a su cotización. Un aspecto que cada vez los trabajadores valoran más es la posibilidad de teletrabajar al menos dos de los cinco días de la semana laboral. 

La estructura clásica de un documento que refleje la Employee Value Proposition se articula de este modo: 

  • Qué puede ofrecerte esta empresa.
  • Qué te puede ofrecer la competencia. 
  • Qué experiencia de trabajo encontrará el empleado desde el primer día de trabajo en esta empresa. 
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ejemplos de Employee Value Proposition

Veamos algunos casos reales de empresas que han aplicado la EVP del siguiente modo: 

  • Hospital Clinic. Este hospital de Barcelona ofrece, al equipo de enfermería, una serie de incentivos atractivos en su EVP como formación continuada y desarrollo profesional, aprendizaje innovador en un hospital famoso por su carácter pionero, buen ambiente de trabajo un acento puesto en el buen trato al paciente, como informa Toni Gimeno en su blog.
  • Batea. Otro ejemplo extraído de la web de este experto en ‘recruitment’, nos remite a esta consultora de selección con sede en Guipúzcoa. Su estrategia es trabajar en conocer bien qué necesita la empresa, pero también saber al detalle qué busca exactamente el candidato, para que se produzca el match perfecto. Realizan una función de intermediación con ese final feliz en el horizonte que les está dando buenos resultados.

De este modo, la ‘guerra por el talento’ se puede ganar gracias a batallas bien planificadas. 

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