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El aumento de una mayor conciencia medioambiental ha propiciado que los sistemas de movilidad estén cambiando, además del auge de los sistemas de uso compartido y las restricciones al tráfico. A partir de ahora la tendencia es la electromovilidad.

Las opciones de movilidad sostenible que se presentan al alcance de los usuarios son cada vez más utilizadas para los desplazamientos diarios, ya sean autobuses cero emisiones, patinetes, coches y motos eléctricas. Incluso las grandes ciudades están apostando por aplicar normativas que regulen la contaminación, por ejemplo, desde noviembre de 2018 el Ayuntamiento de Madrid solo deja circular los turismos de gasolina matriculados desde enero del año 2000 y los diésel con menos de 14 años de antigüedad. Asimismo, en 2025 se prohibirá la entrada a los de gasolina matriculados antes de 2006 y a los diésel de antes de 2014.

Ante esta realidad es innegable que tendencias sostenibilistas estén en pleno auge, como son el caso de:

– Motosharing. La primera empresa surgió en San Francisco en el año 2012 y no fue hasta 2015 cuando ocho ciudades disponían ya de su servicio. A día de hoy, según el Global Scooter sharing Market Report de InnoZ  “el récord de crecimiento general continuó en 2018. Hay aproximadamente 25.000 scooters compartidas en todo el mundo  y se estima que ha alcanzado un total de 1,8 millones de usuarios registrados en el mundo”. Cabe destacar que el 97% de esta flota es eléctrica y el 55% está ubicada en España y Francia.

Estos datos son tan positivos gracias a la comodidad que representa tener este servicio a través de una app y ser una apuesta sostenible que permite disminuir la huella ambiental.

– Libre circulación. Al ofrecer una opción ecológica, estos vehículos no disponen de restricciones de circulación por ciudades, por lo que permite ahorrar tiempo en atascos y en la economía del usuario.

Ambas tendencias repercuten directamente en el bienestar de las personas y, por ende, en la especialización sostenibilista a nivel profesional. La búsqueda de talento cualificado sobre las últimas tecnologías que permitan reducir el impacto medioambiental será de gran valor para las compañías del sector.

Beneficios de la electromovilidad

Según “Net-Zero by 2050: From Whether to How”, un informe publicado por el European Climate Fundación y Climact a finales de 2018,  “Europa puede alcanzar cero emisiones de gases de efecto invernadero para 2050 ya que es una técnica deseable que potencia una economía fuerte y una sociedad más resistente que aumenta los niveles de bienestar”. Para conseguir este objetivo el informe facilita una serie de claves a tener en cuenta:

– Las soluciones comerciales disponibles pueden allanar el camino hacia las cero emisiones hasta un 75%. El 25% restante se puede alcanzar en base a enfoques y tecnologías que ayuden a ampliarlas.

– Los siguientes 10 años son cruciales para que Europa y el mundo eviten las consecuencias negativas del cambio climático. Para 2030, el enfoque debe ser asegurar que la demanda de transporte se estabilice y trabajar la eficiencia de los vehículos.

Si se aplican todas estas medidas, Europa puede beneficiarse de grandes ventajas para el medio ambiente, y más si se tiene en cuenta que el 40% de los ciudadanos europeos están dispuestos a adquirir coches eléctricos o de pila de combustible, según datos de una encuesta realizada por Ipsos Mori para Transport & Environment (T&E). Asimismo, la encuesta muestra que hay una oportunidad inmediata para aumentar el 2% de las ventas, sobre todo en España e Italia, los países con más porcentaje en consumidores concienciados.

Es una consecuencia lógica que al aumento de ventas le corresponda también un crecimiento de la demanda de perfiles cualificados. La evaluación de impacto de la Comisión europea muestra que los objetivos de reducción del 30% y 40% de emisiones de CO2 aumentarán el empleo, un dato que soporta el estudio “Repostando hacia el futuro” realizado por Cambridge Econometrics, donde se calcula que el cambio a vehículos eléctricos creará 23.185 empleos adicionales netos en España de aquí a 2030 en los sectores de la construcción, la electricidad, el hidrógeno, los servicios y la mayoría de los sectores productivos.

De hecho, según sus propias palabras: “De un análisis del empleo por sectores se desprende que, si la intensidad del empleo en un sector de la economía se mide como puestos de trabajo por valor añadido de 1 millón de euros, el sector de la producción de combustibles posee una baja intensidad del empleo, muy inferior a la del sector servicios y la de los equipos eléctricos. Por ello, cuando la actividad económica se desplaza desde el sector petrolero a otros sectores de la economía, no puede sino generarse un aumento neto del empleo, favoreciendo el PIB”.

En definitiva, la electromovilidad es una gran oportunidad para apostar por la sostenibilidad a futuro, además de una opción para generar nuevas oportunidades laborales en ciudades y empresas inquietas por colaborar con la movilidad eficiente, rápida y cero congestiones.