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En un mundo donde la digitalización empresarial sigue avanzando, la confianza digital se erige como un básico a la hora de contactar con las organizaciones a través de la web.

En plena era de la digitalización es vital que las organizaciones cuenten con una presentación cuidada, estudiada y directa a través de una página web y perfiles en las diferentes redes sociales, en las que puedan darse a conocer y tengan la oportunidad de explicar su evolución corporativa, los retos a los que se enfrentan y el tipo de relaciones que establecen con otras compañías.

Contactar con ellas a través de todas estas plataformas es más fácil que nunca: secciones de contacto, formularios o mensajes directos son las opciones más comunes. A su vez, las empresas pueden obtener datos de los perfiles interesados en su core business, ya que el nombre, apellidos, teléfono y email son los campos obligatorios que una persona debe facilitar si quiere obtener una respuesta a su motivo de contacto.

Con la finalidad de que estos intercambios de datos personales sean confidenciales y seguros, es vital que las organizaciones trabajen la confianza digital, un concepto que se basa en construir un espacio ciberseguro para las personas en general y las empresas en particular. Este espacio debe garantizar la veracidad de las comunicaciones y las transacciones.

Dado todo lo comentado anteriormente, podemos afirmar que la confianza digital es muy importante si el objetivo es albergar datos de manera confidencial, y más desde la aplicación de la nueva Ley de Protección de datos (GRPD). Asimismo, también es un factor a tener en cuenta para diferenciarse de la competencia y establecer una relación de confianza entre todos aquellos que de una manera y otra busquen comunicarse con las empresas.

Impulsar la confianza digital

En 2018 los ciberataques se multiplicaron afectando a empresas e instituciones a nivel mundial. Ante esta realidad, la pregunta que todos los afectados se hacen no sorprende: ¿cómo evitarlo?

El World Economic Forum publicó a finales del año pasado un interesante artículo basado en diferentes estudios a organizaciones y expertos en su mayoría sobre los objetivos que deberían conseguir las corporaciones para construir y asentar la confianza digital en un entorno que cambia rápidamente con las incursiones de nuevas herramientas tecnológicas que, a su vez, frenan y permiten los ataques. Los retos son los siguientes:

- Concienciar sobre la implantación de medidas para impulsar la confianza digital, poniendo el foco en las personas, los procesos y la tecnología.

- Potenciar la gestión proactiva en el análisis de riesgos cibernéticos en las empresas, es decir, generar una cultura de ciberprotección en las propias organizaciones. Mentalizar de su importancia es el primer paso para conseguir los objetivos planteados.

- En coalición al punto anterior, impulsar un cambio de mentalidad desde dirección y apostar por un liderazgo digital es el segundo paso a tener en cuenta.

- Destinar recursos de manera estable y continuada en el tiempo para mantener las estrategias establecidas en materia de confianza digital.

- Adaptar la evolución tecnológica a la ciberseguridad. A medida que se aplican nuevas herramientas digitales, la protección debe ir a la par y ofrecer la seguridad que se necesita para mantener la confianza.

Perfiles que trae la confianza digital

Los responsables de recursos Humanos deben estar alerta de todos los avances que demandan más talento digital en las organizaciones. Dentro esta categoría destacan las incorporaciones de perfiles especializados como los auditores de seguridad para enfoque normativo, procesos y procedimientos; y consultores hacking ético con enfoque a seguridad y análisis de vulnerabilidades. Además, también resalta el perfil de líder digital comentado anteriormente, quien debe establecerse como el conductor y motivador de los equipos de los departamentos tecnológicos de las organizaciones.

¿Qué caracteriza a un líder digital?

Además de su habilidad en la gestión de equipos, hay otras características que le definen, por ejemplo:

- La adaptación a las diferentes situaciones.

- Ser puente comunicativo entre los miembros del equipo y los managers.

- La empatía con los compañeros y clientes digitales.

- La capacidad analítica de los resultados obtenidos.

En definitiva, las personas, los procesos y la tecnología son los pilares de la confianza digital, además del talento especializado y la visión transformadora que necesitan las empresas para conseguir los objetivos que demanda la ciberseguridad.

¿Necesitas ayuda para afrontar todos estos retos? En Randstad, te ayudamos.