El sector de agricultura, ganadería y pesca sigue siendo esencial en el mercado laboral español. Según el informe el Mercado de trabajo en el sector de Agricultura, ganadería y pesca 2025, elaborado por Randstad Research, en los últimos años, el empleo en el campo ha estado marcado por el crecimiento de la contratación extranjera y el avance imparable de la mujer, en un entorno donde el envejecimiento de la plantilla y la falta de relevo generacional plantean nuevos desafíos.

Frente a un mercado que demanda cada vez más mano de obra, el sector agro debe mostrar su fortaleza adaptándose a las necesidades actuales. La concentración del empleo en determinadas regiones y subsectores, junto al tirón de la ganadería y los cultivos no perennes, dibujan un panorama con varias oportunidades pero también con retos para el futuro.

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la ganadería impulsa el empleo extranjero

crece un 53% el empleo de extranjeros en ganadería

El empleo de trabajadores extranjeros en la producción ganadera ha experimentado un crecimiento espectacular. Solo en el primer trimestre de 2025, el número de extranjeros ocupados en ganadería subió un 53% respecto al año anterior. Este dato ratifica la importancia de la mano de obra extranjera para sostener la actividad ganadera, en un contexto donde el empleo español disminuyó en un 1,3% en este subsector.

El peso de los trabajadores extranjeros no sólo es relevante en ganadería, sino en todo el sector agro. En agricultura y ganadería ya suponen casi el 27% del empleo total, y su presencia es especialmente destacada en los cultivos no perennes, donde representan el 43,1% de los ocupados. Este crecimiento es primordial para cubrir la demanda estacional y estructural del campo español, donde los extranjeros son clave en la garantía de continuidad y la competitividad de la industria.

agricultura y ganadería concentran el 93% del empleo

En términos de volumen, la agricultura y la ganadería son el auténtico pilar del empleo agro en el país, al concentrar el 93% del total de ocupados del sector (704.928 empleados). Esta concentración no solo resalta la importancia estratégica de estas actividades para el empleo rural y el desarrollo económico de numerosas comunidades autónomas, sino que también explica su importancia dentro del mercado laboral nacional. De hecho, en el primer trimestre de 2025, la industria agro representó el 3,4% del empleo español, siendo la agricultura y la ganadería responsables del 3,2% del total.

A pesar de este protagonismo, la evolución reciente muestra luces y sombras: aunque entre el cuarto trimestre de 2024 y el primero de 2025 el sector sumó 25.000 nuevos ocupados —impulsados principalmente por el crecimiento en agricultura y ganadería—, en la comparativa interanual el empleo agro ha experimentado un leve descenso del 0,4%, lo que supone unos 3.000 empleos menos respecto al año anterior. Esto refleja la necesidad de seguir apoyando y modernizando una industria esencial para el tejido socioeconómico español.

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el empleo femenino bate récords en el sector agro

las mujeres ya son casi el 30% del sector

En los últimos seis años, el empleo femenino en el sector agro ha mostrado un avance sostenido y significativo. La participación de la mujer ha pasado del 23% al 28%, lo que supone un crecimiento interanual del 5% en un ámbito históricamente masculinizado. Mientras la presencia de hombres se ha reducido ligeramente —con 548.116 hombres ocupados en el primer trimestre de 2025—, las mujeres han ido ganando terreno y consolidando su presencia en una actividad clave para la economía española.

Pese a este progreso, todavía persiste una brecha de género, ya que las mujeres representan menos de un 30% del total de trabajadores en el sector. Sin embargo, la tendencia es clara: el empleo femenino crece de manera constante, lo que refleja un cambio estructural en el agro. Este avance no solo supone un reconocimiento al papel de la mujer en el ámbito rural y productivo, sino que también abre la puerta a un futuro más equitativo y diverso en uno de los motores de la economía nacional.

fuerte alza en cultivos no perennes y ganadería

La participación de la mujer en el sector agro es cada vez más relevante, especialmente en los cultivos no perennes, donde ya suponen el 33,9% de los ocupados, y en la producción ganadera, donde rozan el 30%. Este avance refleja no solo el incremento de las mujeres, sino también su papel fundamental en las actividades agrícolas y ganaderas, aportando nuevas perspectivas y contribuyendo a la sostenibilidad y el desarrollo rural.

Concretamente, en los cultivos no perennes el número de mujeres ocupadas ha aumentado un 25,8% en el último año. En la producción ganadera, la tendencia también ha sido positiva, con una subida del 8,4% en la ocupación femenina. La suma de estos avances sitúa al empleo femenino como uno de los motores de modernización y transformación del sector agroalimentario en España, aunque tendrá que hacer frente a varios retos como los anteriormente mencionados.

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envejecimiento y falta de relevo generacional

más del 50% de los trabajadores tienen 45 años o más

El envejecimiento es uno de los grandes retos del empleo agro. Más del 50% de los trabajadores en agricultura, ganadería y pesca tienen 45 años o más, y los mayores de 55 ya representan el 27,7% del total. Esta elevada edad media dificulta el relevo generacional y la adaptación a los nuevos retos tecnológicos y medioambientales.

La existencia de trabajadores de mayor edad es especialmente acusada en el segmento de agricultura y ganadería, donde el 56% de los ocupados tiene 45 años o más. En silvicultura, pesca y acuicultura la inclinación es similar, con el grupo de 45 a 54 años como mayoritario (31% de los ocupados). Esta situación señala la urgente necesidad de atraer talento joven a la industria y de impulsar estrategias que faciliten la transición generacional y la innovación.

solo un 4,5% del empleo es joven

El número de jóvenes en el sector agro es muy bajo. Solo el 4,5% del empleo corresponde a trabajadores de entre 16 y 24 años. A pesar de ligeros repuntes puntuales en algunos subsectores, como los cultivos no perennes, la cantidad de jóvenes sigue siendo insuficiente para asegurar el relevo generacional.

Esto demuestra que son necesarias políticas activas de empleo, formación y mejora de condiciones para incentivar la entrada de nuevas generaciones en el campo español. Sin una mayor incorporación de jóvenes, el sector corre el riesgo de perder dinamismo e innovación en el futuro.

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Andalucía y Murcia lideran la ocupación agro

cuatro regiones suman más del 60% del empleo

La industria agraria en España presenta una fuerte concentración territorial. Andalucía sobresale de forma clara, concentrando por sí sola el 32,6% del total de ocupados en agricultura, ganadería y pesca, es decir, prácticamente uno de cada tres empleos del sector a nivel nacional. Muy por detrás se sitúan Murcia (10,7%), Galicia (9,4%) y Castilla y León (7,8%), que, junto con Andalucía, suman más del 60% del empleo agro en el país.

Esta concentración se confirma también al analizar de forma más específica el empleo en agricultura y ganadería: nuevamente Andalucía lidera con un 34,6% de la actividad, seguida a distancia por Murcia (11,4%), Castilla y León (7,9%) y Castilla-La Mancha (6,9%). Estos datos reflejan la especialización productiva de determinadas regiones y el valor estructural que Andalucía tiene dentro del conjunto del sector primario español.

Galicia destaca en pesca y acuicultura

Galicia sobresale en el ámbito de la pesca y la acuicultura, reuniendo el 39,6% de los empleos del sector en España, con cerca de 25.000 ocupados. La trascendencia del empleo pesquero gallego es muy superior al de cualquier otra comunidad, confirmando su papel estratégico en la producción, transformación y exportación de recursos marinos. Muy por detrás se sitúan Andalucía (9,7%) y Cataluña (8,1%), lo que refuerza aún más la posición de liderazgo de Galicia.

Este protagonismo no sólo consolida la relevancia de la comunidad dentro del empleo total del sector agro, sino que también impulsa el desarrollo de la economía azul a nivel nacional, situando a Galicia como un referente en sostenibilidad, innovación y competitividad en el aprovechamiento de los recursos marinos.

En resumen, el empleo agro en España se encuentra en una encrucijada marcada por contrastes: mientras la incorporación de mano de obra extranjera y el avance del empleo femenino muestran la capacidad del sector para renovarse y responder a la demanda laboral, el envejecimiento de la plantilla y la falta de relevo generacional ponen de relieve su fragilidad estructural. La fuerte concentración territorial y sectorial, con Andalucía como protagonista indiscutible en el segmento de agricultura y ganadería, y Galicia en el de pesca y la acuicultura, confirma la especialización productiva de determinadas comunidades y el papel estratégico que estas desempeñan en el conjunto del mercado laboral nacional.

De cara al futuro, el gran reto del sector será atraer y retener a las nuevas generaciones, al tiempo que se consolida la integración de colectivos esenciales como las mujeres y los trabajadores extranjeros. Modernizar las condiciones de empleo, impulsar la formación en competencias tecnológicas y medioambientales, y favorecer un relevo generacional efectivo resultan claves para garantizar la sostenibilidad del sector agroalimentario y su papel como motor económico y social en nuestro país.