El sector de la hostelería continúa siendo uno de los más dinámicos y resilientes de la economía española, y con la recuperación postpandemia se están redefiniendo las competencias que marcan la diferencia en los perfiles profesionales. Aunque tradicionalmente ha sido uno de los mayores generadores de empleo en España —con más de 1,8 millones de trabajadores activos, según el informe Mercado de trabajo en el sector de hostelería en 2025 elaborado por Randstad Research—, los cambios sociales, tecnológicos y laborales postpandemia han redefinido por completo el perfil del profesional ideal.

Hoy, ya no se trata solo de experiencia operativa o conocimientos técnicos. Las empresas del sector buscan habilidades blandas, competencias digitales y una alta capacidad de adaptación al entorno. Estas son las claves que marcan la diferencia.

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cambios en la atención al cliente postpandemia

La pandemia cambió radicalmente la forma de relacionarse con los clientes. A partir de 2020, la atención al cliente pasó a requerir no solo cortesía, sino una gran dosis de inteligencia emocional, rapidez de respuesta y empatía.

Uno de los factores que más valoran hoy los empleadores es la proactividad: la capacidad de anticiparse a las necesidades del cliente y resolver incidencias sin esperar instrucciones. Junto a ello, la resolución de conflictos y el control emocional permiten mantener un ambiente positivo y transmitir seguridad al equipo y al cliente, incluso en momentos de tensión o alta demanda.

Además, en un sector tan internacionalizado como la hostelería, la comunicación multilingüe es un activo clave. El dominio de idiomas como inglés o francés es un requisito habitual en zonas turísticas, pero también se valora la capacidad para entender diferentes culturas y adaptarse a ellas.

A esto se suma la creciente necesidad de manejar con soltura herramientas digitales: desde apps de reservas y plataformas de reseñas, hasta sistemas de pago contactless o CRM. La alfabetización digital ya no es opcional: es parte del día a día del trabajo en sala, en cocina o en gestión.

proactividad, resolución y gestión emocional como factores tendediferenciales

Profesionales que muestran proactividad, capacidad para anticiparse a problemas y resolverlos con eficacia, así como una buena gestión emocional para manejar situaciones de estrés o conflicto, son altamente valorados en el entorno hostelero actual. Estos atributos no solo mejoran la experiencia del cliente, sino que también fomentan un ambiente de trabajo saludable, lo que repercute directamente en la fidelización del equipo y en una reputación positiva del establecimiento. En un sector con alta rotación y contacto constante con el público, estas competencias marcan la diferencia entre un servicio correcto y una atención memorable.

la importancia de la comunicación multilingüe y la cultura digital

En un sector caracterizado por la interacción con turistas y clientes internacionales, la comunicación multilingüe se ha vuelto un activo clave. Contar con conocimientos en idiomas (como inglés, francés o alemán) permite ampliar el alcance del servicio, atender con mayor precisión las necesidades del cliente extranjero y proyectar una imagen profesional. Paralelamente, la familiaridad con la cultura digital y la integración de herramientas tecnológicas facilitan procesos como la gestión de reservas, la atención al cliente en canales digitales y la promoción del negocio en redes sociales. Estas competencias son ya imprescindibles en un entorno donde la experiencia comienza mucho antes de que el cliente cruce la puerta del establecimiento.

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competencias técnicas en crecimiento

El avance tecnológico en la hostelería impulsa la necesidad de competencias técnicas específicas que complementan las habilidades sociales tradicionales. El entorno digital ha revolucionado la operativa de bares, restaurantes, hoteles y cafeterías. La eficiencia de un establecimiento ya no depende solo de la cocina o el servicio en sala, sino también del manejo de software especializado y plataformas de gestión.

Hoy se requieren perfiles con conocimientos en sistemas de reservas online como OpenTable, Bookatable o ElTenedor, gestión de reseñas y reputación digital, control de inventario y stock automatizado, así como herramientas de gestión de personal y turnos. Estas competencias técnicas ayudan a mejorar los niveles de servicio, aumentar la ocupación, optimizar costes y adaptarse a las expectativas del cliente digital.Para profundizar en cómo estas innovaciones y otras tendencias están transformando el sector, consulta las principales tendencias en hostelería según Randstad.

manejo de herramientas de gestión de reservas y reseñas

El uso de plataformas digitales para la gestión de reservas, el control de inventarios y la atención de reseñas en portales como Tripadvisor o Google Reviews es cada vez más demandado. La capacidad para gestionar estas herramientas con eficiencia ayuda a mejorar la visibilidad del negocio y a responder rápidamente a las necesidades y opiniones de los clientes, aportando valor añadido.

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flexibilidad horaria y adaptabilidad: requisitos en alza

El sector hostelero requiere profesionales con flexibilidad horaria y disposición para adaptarse a diferentes turnos y demandas variables, especialmente en temporadas altas. La adaptabilidad ante cambios imprevistos y la disposición para trabajar en entornos dinámicos son competencias esenciales para garantizar la continuidad operativa y la satisfacción del cliente. Por eso, uno de los factores más valorados por los empleadores es la flexibilidad horaria y el compromiso de asumir turnos rotativos, fines de semana y temporadas altas.

En paralelo, se busca cada vez más una actitud proactiva ante el cambio. La digitalización, la aparición de nuevos formatos (como restaurantes virtuales o delivery premium), y la diversificación de los perfiles de cliente exigen una adecuación constante. Los profesionales que pueden ajustarse rápidamente a nuevos protocolos, tecnologías o estilos de atención tienen una ventaja clara.

La evolución del sector hostelero ha elevado el nivel de exigencia. Los perfiles más valorados hoy son aquellos que combinan habilidades blandas como la resolución de conflictos, la proactividad y la empatía, competencias técnicas relacionadas con el manejo de herramientas digitales, dominio de idiomas y capacidades de comunicación intercultural, además de una alta disponibilidad horaria y una gran capacidad de adaptación al cambio. Invertir en formación —ya sea a través de escuelas de hostelería, certificados profesionales o programas internos de desarrollo— es clave para aumentar la empleabilidad y avanzar hacia un empleo más estable, cualificado y con proyección.