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Entender la nómina

Tiempo de lectura: 4 minutos.

¿Eres de los que cuando recibe su nómina lo único que entiende es la cifra que aparece junto a ‘salario neto’? No eres el único, lo cierto es que a veces pensamos que lo tenemos muy claro y, sin embargo, se nos escapan detalles que son importantes. No es sencillo comprender las diferentes partes que componen este documento, pero es muy recomendable que aprendas a descifrarlas para asegurarte de que estás cobrando lo que te corresponde. Veámoslo en detalle.

Partes de una nómina

Las nóminas siguen siempre una misma estructura:

1.- Encabezado

Aquí es donde verás tus datos: nombre, DNI o NIE, tipo de contrato, número de la Seguridad Social, antigüedad y grupo de cotización. En este punto cabe aclarar que debe aparecer siempre el puesto actual, ya que puedes haber ascendido en la empresa, sobre todo si tienes cierta antigüedad. Respecto al grupo de cotización, es importante que esté asignado correctamente, porque definirá la base de lo que cotizarás en la Seguridad Social. Algunas nóminas distinguen entre antigüedad y fecha del alta en la empresa, que en ocasiones puede no coincidir.

En este apartado, además, se incluyen los datos de la organización: domicilio fiscal, CIF, nombre legal (que puede ser diferente del comercial) y código de la cuenta de cotización. A veces también consta el lugar de trabajo y el tipo de convenio aplicable.

2.- Periodo de liquidación

Al final de este bloque te encontrarás con el periodo que abarca esa nómina, que puede diferir de una empresa a otra, dependiendo de cómo lo contabilice y de cómo lo establezca el convenio colectivo. Hasta aquí todo más o menos sencillo, ¿verdad? No te preocupes si en este punto es donde te sueles perder, vamos a verlo con cuidado.

3.- Percepciones salariales y no salariales

En este punto tenemos que distinguir entre las diferentes contraprestaciones que recibes por realizar tu trabajo: efectivamente, acudir a diario a tu puesto tiene una recompensa, probablemente el motivo que te lleve a madrugar cada mañana. Aquí podemos distinguir entre percepciones salariales y no salariales.

4.- Los devengos

Este apartado es fundamental para saber cuánto te corresponde cobrar. Tendrás que calcular todo lo que recibes y restarle lo que te quitan.

Lo que recibes: formado por las percepciones salariales y no salariales de las que hablábamos en el punto anterior. Las primeras se corresponden con lo que ganas a cambio de tu trabajo, ya sea en dinero o en especie, e incluyen:

  • Salario base: es la remuneración fija del sueldo. Según el Instituto Nacional de Estadística, supone más del 67 % del salario. A esta habría que sumar diferentes complementos.
  • Complementos salariales: pueden variar, se calculan dependiendo de:
    • factores personales: antigüedad, titulaciones, acreditaciones, etc.
    • factores del propio trabajo: riesgos, nocturnidad, disponibilidad…
    • horas extraordinarias: aquellas que han excedido el número de horas de trabajo estipulado en el contrato.
    • Pagas extraordinarias: que pueden estar prorrateadas.
    • Sueldo en especie: sin que supere el 20 % del total bruto.

Respecto a las percepciones no salariales, son aquellas que pretenden compensar unos gastos derivados del puesto, tales como dietas, transporte, plus de distancia, herramientas de trabajo, etc. Lo habitual es que, además, estén recogidas en el convenio colectivo.

En este apartado es donde a todos nos gustaría que finalizara la nómina, sumando todas las percepciones y cobrando un salario mucho más generoso que el que finalmente vemos reflejado en nuestra cuenta. Pero no, volvamos al mundo real porque a esto habrá que restarle las deducciones correspondientes.

5.- Las deducciones

Nos encontramos con las siguientes:

  • Aportaciones a la Seguridad Social: una parte corresponde a la empresa y otra al trabajador. Ambas aparecen reflejadas en la nómina. Las del trabajador pueden ser por contingencias comunes, desempleo, formación, horas extra, etc.
  • A ellas se le añade la retención del IRPF, que dependerá de los ingresos y de la situación personal.
  • En ocasiones se pueden incluir otras deducciones, por motivos como anticipos del salario, préstamos, pensiones de alimentos, embargos, retenciones judiciales y cuotas sindicales.

6.- Líquido a percibir

Cuando descuentas las deducciones al salario bruto -la jugosa cifra que aparecía al sumar todas las percepciones- tienes como resultado el salario neto, o lo que es lo mismo, lo que finalmente recibes por realizar tu trabajo. ¿Decepcionado con la cifra? ¿No te parece suficiente para el puesto que ocupas? Te invitamos a que compruebes con nuestra calculadora si se corresponde con tu banda salarial o estás percibiendo menos que otros profesionales de tu sector y en caso de que así sea, recuerda que hay otros empleos esperándote en nuestro buscador: nuestra misión es ayudarte a que mejores laboralmente.

Desde Randstad confiamos en que este artículo haya despejado tus dudas respecto a las diferentes partes que conforman tu nómina y que en el futuro no haya detalle que se te pueda escapar.