evolución del mercado laboral

 

En los últimos veinte años el mercado laboral ha evolucionado más que en todo el siglo XX. Nuevos trabajos, nuevos perfiles y también cambios en la demanda en el mercado laboral. La irrupción de las nuevas tecnologías, sin duda, se encuentra entre los factores que más influye en el mercado laboral actual, pero también cambios en el estilo de vida, en la configuración de las familias así como en las ambiciones personales, con más preocupación por la realización personal y la calidad de vida que por los ingresos per se.

Ahí están, sin ir más lejos, conceptos como salario emocional, que cada vez tienen más peso a la hora de optar por un empleo, y es un argumento favorable que los reclutadores de los departamentos de recursos humanos cada vez tienen más en cuenta.

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cómo cambiará la demanda del mercado laboral en los próximos años

El análisis del mercado laboral que está por venir depende de cómo converjan ciertas tendencias que ahora mismo se presentan de manera simultánea, ofreciendo a su vez retos y desafíos que requieren transformación. Ahí están realidades que marcan agendas como la digitalización, el cambio demográfico o la transición medioambiental, unas tendencias que, por un lado, crearán nuevos empleos y, por otro, marcan el fin de otros, considerados ya obsoletos. 

En una época en que se experimenta con metros sin conductor, sirva este ejemplo como muestra de cómo la forma de trabajar, producir y organizarse en las empresas cambiará, con lo digital como elemento integrador de todo. 

La evolución del mercado laboral pasa por esa interdependencia tecnológica y, así, el sistema expulsará a aquellas personas que no dispongan de ciertas competencias digitales, mientras que abrirá sus puertas con gran despliegue a aquellos perfiles con más destrezas en el sector de las IT. 

Para ellos, como vimos en el post sobre las carreras con más salidas profesionales, la tecnología y la digitalización será clave para una inserción laboral en las mejores condiciones.

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ocupaciones en auge y en declive

Todo cambio implica creación y destrucción. Es duro, pero también estimulante, así como real. Más vale asumirlo que lamentarse inútilmente, ya que toda revolución da como resultado, en este caso, con el ‘boom digital’, nuevos perfiles profesionales y relega a su desaparición a otros. 

Así, tanto la digitalización como la transición medioambiental son los grandes responsables de la transformación del empleo durante la presente década, en un fenómeno que atañe tanto a España como al resto del mundo. 

Esto supone que las ocupaciones relacionadas con esos movimientos requerirán a profesionales formados en competencias digitales para desempeñar trabajos como: 

  • Especialistas en Internet de las cosas. 
  • Científicos y analistas de datos.
  • Analistas de Big Data. 
  • Especialistas en Inteligencia Artificial y Aprendizaje automático (o Machine learning).
  • Desarrolladores de software y aplicaciones. 
  • Especialistas en automatización de procesos.
  • Ingenieros en FinTech.

En cambio, hay otro tipo de trabajos que se encuentran en declive y que, en el mejor de casos, ofrecerán trabajo a aquellas personas que aún se encuentran en activo, pero sin solución de continuidad. En esos trabajos en vías de extinción, todos aquellos que puedan verse sustituidos por máquinas, serán sustituidos, quedando la supervisión, gestión y control de esos sistemas en manos humanas. 

Hablamos de trabajos como trabajos manuales convencionales que pueden ser realizados por cadenas de montaje automatizadas (algo que lleva pasando casi desde el inicio de la Revolución industrial), pero también de cajeros y cajeras, y todo el personal de atención al cliente de manera presencial. En las grandes cadenas de distribución ya podemos apreciar un considerable aumento de sistemas automatizados que limitan al personal humano a unos pocos supervisores para procesos de cobro que se realizan ya con el concurso de las máquinas. 

Si bien las grandes empresas de distribución y venta online han generado miles de puestos de trabajo nuevos, no es menor cierto que muchas de las labores de logística y preparación de pedidos se van realizando, progresivamente, por almacenes automatizados

También hay otras profesiones, como las de traductores e intérpretes, que están viendo reducida su demanda por ‘culpa’ de la digitalización de sus procesos. Lo mismo aplica a contables y administradores. Asimismo, toda la atención al cliente que pueda realizar un bot o un teleoperador digital, será en buena medida sustituido por estos sistemas. Si bien su eficiencia y cercanía dista mucho de la que puede ofrecer un humano, el ahorro en costes para la empresa es tan elevado que eso explica su alta proliferación a día de hoy. 

También el gremio de los redactores comerciales y de contenidos para internet teme por la supervivencia de sus puestos de trabajo y encargos, tras la llegada de la Inteligencia Artificial aplicada a la redacción de textos. 

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cambios en las competencias

Todo ello tendrá un reflejo directo en las competencias, es decir, en el nivel de conocimientos y destrezas que se exige para desempeñar un determinado trabajo, con sus funciones y subfunciones correspondientes. 

 competencias digitales

Cada vez son más demandadas para cualquier puesto, ya que son imprescindibles para poder actuar con modelos productivos que se apoyan en soluciones digitales. La digitalización afecta no solo a los especialistas del sector digital, sino para cualquier profesional, en lo que se conoce como un efecto transversal respecto al modo en que la tecnología ha penetrado en los distintos ámbitos laborales.

competencias no digitales

Respecto a las competencias no digitales o soft skills, conviene puntualizar que vivirán un interesante renacer. En un contexto cada vez más automatizado, la capacidad de aportar el valor añadido que las máquinas, por sí solas, no pueden ofrecer, será cada vez más valorado por las empresas y sus recursos de departamentos humanos. 

Habilidades como la creatividad, el talante intelectual, la resolución de problemas, la capacidad para la interacción social y las aptitudes organizativas cotizarán al alza.

De ahí que los estudios con contenido humanístico o de tipo social no deban ser arrumbados por aquellos netamente tecnológicos, pues ambos perfiles no solo son necesarios sino que se retroalimentan en el futuro. Porque el talento se genera con el contraste, la confrontación de ideas y la riqueza de enfoques y de ángulos.

Para saber más sobre la evolución del mercado laboral, puedes descargarte nuestro informe completo en Randstad Research.