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Aunque todos sufrimos las consecuencias de la crisis sanitaria, está claro que determinados sectores se han visto menos golpeados que otros y el del transporte marítimo, gracias al crecimiento determinante del comercio electrónico y a su función de servicio esencial, ha podido mantener un nivel considerable de actividad. Aún así, el sector también se ha visto golpeado y además se debe enfrentar a dos retos muy ambiciosos: la transformación sostenible y la digitalización.

Según la Comunidad Europea de Asociaciones de Armadores (ECSA en sus siglas en inglés), la actual situación está teniendo un profundo impacto negativo en el transporte marítimo, que se cifra en una caída del 60% del volumen de negocio, siendo las actividades de transbordadores, cruceros, transportes de automóviles y buques de servicio en alta mar, los más perjudicados.

En lo que se refiere al empleo, este informe señala que el impacto económico de la crisis que sufrimos está afectando especialmente a los perfiles que trabajan en torno a los buques, mientras que el empleo de oficina tiene un impacto menos acusado. Para paliar esta destrucción de puestos de trabajo, los expertos recomiendan la intervención de las administraciones mediante ayudas directas o rebajando las cargas fiscales.

Un ejemplo de la intervención pública son las ayudas al sector portuario aprobadas por el Gobierno de nuestro país con el objetivo de paliar los efectos de la crisis. Este paquete de medidas supondrá un ahorro de costes a las empresas de 138 millones de euros por reducción de tasas y una inyección de liquidez de 250 millones por aplazamiento de pagos a las Autoridades Portuarias. Según Francisco Toledo, presidente de Puertos del Estado, se trata de una medida que ayuda “a evitar la destrucción de tejido logístico y propiciar que la actividad remonte cuanto antes”.

Sea como fuere, las cifras sí dejan entrever una ligera recuperación del empleo relacionado con el sector. En lo que se refiere al transporte marítimo y vías navegables interiores, durante el mes de agosto se redujo notablemente el número de afectados por ERTE, concretamente un 41,1%, registrando 1.251 afectados, de los cuales 930 fueron de causa mayor.

Un futuro de oportunidades

Sin duda se antoja una tendencia positiva para el empleo en el sector del transporte marítimo en los próximos meses, aupado por el incremento patente del comercio electrónico. Este futuro va a traer dos desafíos muy importantes para el sector, que dejarán huella en el empleo.

Por un lado, el transporte marítimo se encuentra obligado a llevar a cabo toda una reinvención tecnológica para cumplir en 2050 con los objetivos de la Organización Marítima Internacional (OMI) y reducir a la mitad los gases de efecto invernadero. Una reinvención que exigirá talento familiarizado con las tecnologías sostenibles.

Por otra parte, este sector es uno en los que mayor recorrido tienen tecnologías disruptivas como el learning machine, la Inteligencia Artificial o las herramientas analíticas de big data. No hemos de olvidar que gran parte del volumen de negocio es logístico, donde es muy importante esta tecnología para mejorar la productividad y el almacenaje. Además, estas herramientas pueden mejorar sustancialmente la eficiencia de las rutas de transporte en un mundo en constante evolución.

En definitiva, el futuro del transporte marítimo ofrecerá oportunidades de negocio a aquellas empresas que sepan adaptarse a los cambios que a buen seguro van a llegar. El aprovecharlas o no dependerá de la capacidad de dar respuesta a esos cambios con agilidad, y para ofrecer esa capacidad será necesario contar con el mejor talento. En Randstad ofrecemos una base de candidatos cualificada y actualizada, siempre disponible y que responde, en términos de capacidades y habilidades, a las necesidades del mercado.

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